Las mujeres embarazadas con COVID-19 pueden ser más susceptibles a las complicaciones del embarazo, así lo afirma Justin Brandt, profesor asistente de obstetricia y ginecología en la división de medicina materno-fetal de la Escuela de Medicina Robert Wood Johnson de la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey.
Según el experto, las mujeres embarazadas tienen cambios fisiológicos en el pecho que pueden hacerlas más susceptibles a las infecciones respiratorias virales.
El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos y el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido están preocupados de que las mujeres puedan ser más propensas a sufrir pérdidas fetales espontáneas, parto prematuro y restricción del crecimiento fetal si padecen COVID-19.
Las mujeres embarazadas que crean estar infectadas «deben llamar a su obstetra y hacerle saber sus preocupaciones. Si los síntomas son graves, es posible que necesiten ser evaluadas en el hospital», dijo Brandt en un comunicado de prensa de Rutgers.
«Sin embargo, la mayoría de las mujeres, incluso si están embarazadas, tienen síntomas leves y es probable que no tengan que buscar atención médica. Mis colegas y yo estamos evaluando estas llamadas por teléfono para garantizar que las pacientes potencialmente enfermas sean evaluadas en el hospital mientras la mayoría se queda en casa», comentó Brandt.
«Las pacientes que están en su hogar con síntomas leves deben someterse a cuarentena por un mínimo de 14 días. No deben acudir a sus visitas prenatales de rutina hasta que hayan hablado al consultorio de su médico y recibido instrucciones. Alentamos a nuestras pacientes a que comuniquen muy bien sus síntomas cuando llamen, incluso si son síntomas leves, para que podamos asegurarnos de que reciban una atención óptima», subrayó.
La mayoría de los informes revela que existe un bajo riesgo de que el COVID-19 se transmita de una madre infectada a su feto, pero hay algunas investigaciones que sugieren que algunos recién nacidos de madres con COVID-19 mostraron anticuerpos específicos para coronavirus, lo que sugiere que estuvieron expuestos al virus en el útero.
«Necesitamos más datos para aclarar y corroborar este riesgo, pero puede haber motivos para preocuparse por la transmisión vertical y las afecciones asociadas, incluidos defectos de nacimiento, enfermedad neonatal precoz y otras complicaciones», apuntó Brandt.
Para reducir el riesgo de infección, las mujeres embarazadas deben practicar el distanciamiento social, quedarse en casa y evitar las reuniones públicas. Si deben salir de casa, deben lavarse las manos con regularidad, tratar de no tocarse la cara y mantenerse al menos a 1.5 metros de distancia de personas que puedan estar enfermas o personas de cuyo estado de salud se desconoce, aconsejó Brandt.
Dijo que las futuras madres y padres deben prepararse para estar en casa durante varios meses y abastecerse de alimentos, medicamentos comunes como paracetamol, termómetros y otros artículos del hogar, como jabón, papel higiénico y detergente para lavar.
Cuando sea posible, usen los servicios de entrega a domicilio en lugar de ir a los mercados y otras tiendas donde puede haber grupos de personas.
Vía: Health Day News