COVID-19, Obesidad y nutrición
Un nuevo estudio publicado en la revista Radiology dio a conocer que la obesidad empeora la COVID-19 y puede propiciar la formación de coágulos de sangre mortales en los pulmones.
Los autores de la investigación informaron que los pacientes con COVID-19 que padecen obesidad pueden tener casi tres veces más riesgo de desarrollar lo que se conoce como embolia pulmonar.
«Los médicos pueden utilizar nuestros hallazgos para determinar qué pacientes deben ser evaluados para embolia pulmonar mediante una angiografía pulmonar por tomografía computarizada (TC), ya que los síntomas de COVID-19 y de embolia pulmonar se superponen (aparecen al mismo tiempo)«, explicó el doctor e investigador principal Neo Poyiadi, del departamento de radiología de diagnóstico en el Hospital Henry Ford de Detroit (Estados Unidos).
«La detección temprana de la embolia pulmonar puede permitir un tratamiento rápido con anticoagulantes y minimizar los problemas clínicos», aseguró.
¿Cómo se evaluó a los pacientes?
Los pacientes hospitalizados con COVID-19 y obesidad deben ser evaluados para detectar aumentos en la coagulación sanguínea, cuyo indicador es el incremento del dímero D (un producto de desecho de la proteína fibrina, involucrada en la formación de coágulos).
Según el estudio, el 22% de los 328 pacientes con COVID-19 evaluados, quienes se sometieron a una angiografía por tomografía computarizada, tenían una embolia pulmonar.
Los investigadores también hallaron que los pacientes que tomaban estatinas para reducir el colesterol antes de que se les detectara COVID-19 tuvieron menos probabilidades de desarrollar una embolia pulmonar.
«Se necesitan más estudios para determinar si las estatinas poseen un efecto protector contra la embolia pulmonar en los pacientes con COVID-19», indicó Poyiadi.
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Inflamación y formación de coágulos en personas con COVID-19 y obesidad
El experto agregó que un estudio reciente sugiere que los pacientes con COVID-19 deben recibir anticoagulantes para evitar la formación de coágulos.
Asimismo, dijo que la obesidad puede empeorar la COVID-19 porque está relacionada con un aumento de la inflamación, lo que a su vez incrementa el riesgo de coagulación.
El doctor Marc Siegel, profesor de medicina en el NYU Langone Medical Center en Nueva York, dijo que este estudio hace hincapié en un punto cada vez más conocido sobre la COVID-19: la obesidad conduce a una cascada inflamatoria. «Sabemos que los químicos inflamatorios aumentan con la obesidad. Ese es el mecanismo sospechoso de por qué los pacientes con obesidad tienen más riesgo de complicaciones», mencionó.
La inflamación puede conducir a la formación de coágulos sanguíneos, aunque esto no se ha demostrado, subrayó.
«Las complicaciones por COVID-19 que hemos podido observar son inflamación y una tormenta de citoquinas, causante de inflamación en las arterias y coágulos de sangre en todo el cuerpo, y la obesidad es la culpable de los pacientes de alto riesgo», comentó Siegel.
De ahí que se estén registrando más casos de embolia pulmonar en pacientes con obesidad.
Lo sorprendente es que las estatinas, al actuar como antiinflamatorios, podrían ser útiles, aunque esto debería estudiarse con cuidado, afirmó Siegel.
Eso sí, las personas con COVID-19 y obesidad deben recibir la misma atención que otros pacientes, apuntó Siegel. Eso incluye el uso de anticoagulantes. Muchas de las complicaciones por COVID-19 parecen ser causadas por la coagulación, y comenzar un régimen con medicamentos anticoagulantes podría servir como un tratamiento estándar.
«Ya estamos comenzando a analizar la anticoagulación preventiva», destacó el especialista. «Ya es algo de lo que estamos muy conscientes, pero esta investigación aporta más evidencia sobre una correlación directa entre la obesidad y los coágulos sanguíneos».
Vía: Health Day News