En su mayoría, cuando los niños reciben una tarea, varias conexiones del cerebro se “encienden”. No obstante, un estudio pequeño mostró, a través de escáneres, menos de este tipo de actividad neuronal en los niños con autismo.
Según esta nueva investigación, los niños con síntomas severos de autismo muestran aún menos de dicha “flexibilidad del cerebro”.
A decir de la autora principal de este trabajo, Lucina Uddin de la Universidad de Miami en Florida, esta menor flexibilidad a menudo provoca dificultades cuando los niños con autismo se enfrentan con situaciones nuevas.
“Saber cómo el cerebro responde de manera diferente en estos escenarios puede ayudarnos a hacer las transiciones más fáciles para estos niños”, mencionó.
Así, aun cuando estos hallazgos, publicados en la revista Cerebral Cortex, no conducirán de forma inmediata a mejoras en el diagnóstico o tratamiento, pueden aportar una visión más clara sobre el funcionamiento del cerebro de las personas con autismo, quienes tienen problemas interactuando con los demás porque no pueden interpretar ciertas señales sociales o se involucran en comportamientos repetitivos, por ejemplo.
En todo caso, según puntualiza Uddin, con estos hallazgos se buscaba poner a prueba la idea de que un cerebro flexible es necesario para los comportamientos flexibles.
En el estudio se realizaron escáneres cerebrales –en reposo y durante la realización de ciertas tareas– a 34 niños con autismo y a 34 niños con un desarrollo típico.
Los niños con autismo realizaron sus asignaciones tan bien como los otros pequeños; no obstante, mostraron una menor “flexibilidad cerebral” en comparación con sus compañeros, a los largo de un conjunto de conexiones cerebrales que se sabe que son importantes para cambiar entre distintas actividades.
De esta manera, los resultados podrían ayudar a desarrollar nuevas terapias dirigidas a la flexibilidad del cerebro.
Vía: HealthDay News