Cuando alguien infectado con COVID-19 habla, tose o estornuda, pequeñas gotas que contienen el virus aterrizan en las superficies cercanas.
Si alguien más las toca, dichas superficies contaminadas se convierten en un medio de transmisión de COVID-19. Sin embargo, una nueva investigación publicada en la revista Physics of Fluids, reveló que las infecciones por tocar superficies son mucho más probables en algunas ciudades que en otras.
El clima es la clave, así lo dijeron los investigadores del Instituto Indio de Tecnología de Bombay, en Mumbai, India. Los autores descubrieron que en las ciudades con clima más frío pero más húmedo, las gotas cargadas de virus en las superficies permanecen más tiempo antes de evaporarse, lo que aumenta las probabilidades de que el virus dentro de ellas permanezca vivo y con capacidad de contagio.
«La probabilidad de supervivencia del virus aumenta aproximadamente 5 veces en un ambiente húmedo en comparación con un ambiente seco», advirtieron Rajneesh Bhardwaj y Amit Agrawal, autores de la investigación. También dijeron que las altas temperaturas tienden a evaporar más rápido las gotas que permanecen en las superficies.
«En cierto modo, esto podría explicar un crecimiento lento o rápido de la infección en una ciudad en particular», apuntó Bhardwaj en un comunicado de prensa del Instituto Estadounidense de Física. «Puede que este no sea el único factor, pero definitivamente, el clima exterior es importante en la tasa de crecimiento de la infección».
El equipo indio enfocó su estudio en pequeñas gotas del tamaño del ancho de un cabello humano, que pueden extenderse a través de la tos y los estornudos, y que aterrizan en superficies como manijas de puertas y pantallas táctiles de teléfonos inteligentes.
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Con un modelo matemático, los investigadores analizaron los tiempos de secado de una variedad de superficies. Descubrieron que las gotas se evaporaron mucho más rápido cuando las temperaturas fueron más altas, y se secaron mucho más lento en ambientes húmedos.
Para mejorar la precisión de su trabajo, los dos científicos observaron los tiempos promedio de secado de gotas en varias ciudades, que incluyeron a Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Miami, Sydney y Singapur.
De esta forma, observaron que en las ciudades con más casos de COVID-19, el tiempo de secado de las gotas en las superficies fue mayor. Lo anterior fue particularmente cierto para la ciudad de Nueva York, donde los casos de COVID-19 se acumularon durante el tiempo de clima frío y húmedo, hallaron los investigadores.
«Comprender la supervivencia del virus en una gota que se está evaporando podría ser útil para otras enfermedades transmisibles que se propagan mediantes las gotas respiratorias, como la influenza tipo A», destacó Agrawal.
Los resultados también sugieren que las superficies como las pantallas de los teléfonos inteligentes, el algodón y la madera necesitan limpiarse con más frecuencia que el vidrio y el acero, porque las gotas se evaporan más rápido en el vidrio y el acero.
Respecto a este nuevo estudio, el doctor Amesh Adalja, virólogo e importante académico del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud en Baltimore (Estados Unidos), comentó que había «buenas razones para pensar que este coronavirus se comportaría como otros y estaría sujeto a las mismas influencias ambientales. Parece que, a partir de este estudio, este es el caso».
Adalja enfatizó que aunque «la transmisión superficial es una ruta de infección menor para este coronavirus [que la transmisión inhalada por aire], sigue siendo importante», por lo que deben tomarse con seriedad estos hallazgos y seguir las recomendaciones de limpieza de superficies para prevenir el contagio de COVID-19.
Vía: Health Day News