De acuerdo con el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, un tic facial es un espasmo repetitivo e incontrolable que a menudo involucra los ojos y los músculos de la cara.
El parpadeo de los ojos, las muecas faciales, las crispaciones de la boca, el arrugamiento de la nariz, el carraspeo repetitivo y la desviación de los ojos son algunos de sus síntomas.
Salvo ciertos casos, por lo general, el médico diagnostica un tic durante los exámenes físicos y no requieren pruebas especiales.
Aunque se presentan con mayor frecuencia en los niños, en algunos casos pueden durar hasta la vida adulta. Sus causas se desconocen; sin embargo, el estrés parece aumentar su intensidad.
Los tics pasajeros (trastorno del tic transitorio) son frecuentes en la niñez, aunque también existe el trastorno del tic motor crónico, que puede durar años; no obstante, comparado con el pasajero, es muy raro (el síndrome de Gilles de la Tourette, cuyo principal síntoma son los tics, es una afección independiente).
Los tics pasajeros de la niñez no se tratan, además, llamarles la atención a los pequeños sobre ellos puede empeorarlos; en tanto, un medio ambiente sin estrés ayuda a que ocurran con menos frecuencia.
Por otra parte, si los tics afectan gravemente la vida de una persona, el médico puede recetar ciertos medicamentos para ayudar a controlarlos.
En todo caso, hay casos que no se pueden prevenir, pero la reducción del estrés resulta importante.
Los tics simples de la niñez deberían desaparecer espontáneamente en algunos meses, mientras que los crónicos pueden perdurar más tiempo.
Aunque la mayor parte de las veces no hay complicaciones, es importante que un médico los revise, especialmente si afectan varios grupos musculares, si son persistentes y si son graves.
Vía: MedlinePlus