Vas a presentar un examen, hablar en público o te encuentras en una situación en la que te sientes nervioso, paralizado y con dolor de estómago. Estas son sensaciones que se consideran normales ante un evento donde no nos sentimos cómodos o no queríamos estar, esto se puede deber a un mecanismo natural llamado ansiedad. Para saber si presentamos un problema de ansiedad es necesario saber que la ansiedad nos permite ponernos alerta en situaciones peligrosas, La Organización Mundial de la Salud define la ansiedad como un estado desagradable de temor que se manifiesta externamente a través de síntomas y signos, los cuales pueden ser una respuesta normal o exagerada a situaciones estresantes; así mismo, pueden ser generadas como una respuesta patológica y anormal producidas por enfermedades médicas y/o psiquiátricas.
¿Has detectado que presentas algunos o todos estos síntomas?, sabes ¿qué es lo que los produce o por qué se presentan? a continuación se detallan los tres factores que pueden generar la ansiedad. ¿Quieres conocerlos?, sigue leyendo.
Aunque estos son los principales factores, no quiere decir que sean los únicos, ya que la ansiedad también puede ser parte de la personalidad de la persona. Para detectar el tipo de ansiedad, te invitamos a acudir con un profesional que te ayude a identificarla y a manejarla adecuadamente.
Las personas con problemas de ansiedad por lo general se sienten amenazadas, sin embargo, se les dificulta hacer algo para evitarlo aunque luchan para mantener el control no tienen éxito. Los tipos de ansiedad existentes son:
- Ansiedad generalizada: preocupación excesiva e incontrolable que no está relacionada a un evento en específico.
- Fobia: miedo irracional e intenso en el que la persona siente ansiedad, algunos tipos de fobia son:
- Agorafobia: la persona piensa que algo terrible va a ocurrir si sale de su casa o si enfrenta una situación desconocida; se pueden presentar mareos o dificultad para respirar.
- Claustrofobia: miedo a los espacios cerrados o reducidos, se sufren ataques de pánico.
- Hipocondría: precaución extrema por sufrir una enfermedad grave, las personas se auto diagnostican.
- Fobias específicas: miedo y ansiedad irracional e intensa que se centra en objetos, actividades o situaciones.
- Fobia social: la persona le teme a situaciones sociales en que puede ser observada, evaluada, avergonzada o humillada por otros. Evitan comer con otras personas, asistir a reuniones, usar el sanitario público o hablar frente a los demás.
- Ataques de pánico: pánico repentino, intenso e imprevisto donde la persona tiene latidos acelerados, dolor en el pecho, asfixia, mareos, temblores o miedo. Las personas creen que pueden volverse locos o que van a morir.
- Trastorno por estrés postraumático: se presenta cuando una situación de estrés está fuera de la experiencia normal ocasionando una alteración emocional. La persona recuerda constantemente el evento traumático y evita lo relacionado a éste (personas, lugares, momentos), así como insomnio, pesadillas, cautela extrema, incapacidad para concentrarse, irritabilidad o agresión.
Como hemos visto, la ansiedad se puede presentar por diversos factores, esto se debe al funcionamiento del cerebro.
¿Qué pasa en el cerebro cuando siento ansiedad?
Cuando se tiene ansiedad también se produce el sentimiento del miedo, esto debido a las diferentes partes del cerebro que interactúan en ese momento.
La amígdala alerta al cerebro de una posible amenaza y el hipocampo recuerda los eventos que nos angustian para evitarlos o enfrentarlos de la mejor manera posible.
Cuando se presenta un trastorno de ansiedad, las neuronas han perdido la capacidad de discriminar entre un estímulo amenazante y otro que no lo es. Por esto la persona presenta una emoción desmedida que afecta su día a día, al presentar un miedo irracional.
Y entonces ¿la ansiedad puede provocar una adicción o el consumo de sustancias produce ansiedad? La respuesta, ambas situaciones son correctas.
Relación entre la ansiedad y las adicciones
Ante una situación determinada, cada persona puede presentar un mayor o menor grado de ansiedad al afrontarla, lo que puede provocar pensamientos y sentimientos negativos que pueden ser reducidos consumiendo (comida, tabaco, bebida o sustancias adictivas). A continuación, se presentan diversas situaciones descritas por A. Cano-Vindel et al. (1994), donde se presenta un consumo para reducir la ansiedad.
En un inicio, el consumo de alcohol, ansiolíticos o tabaco reduce la ansiedad, sin embargo, con el tiempo el consumo se hace más necesario y en mayores cantidades para conseguir los mismos efectos. El incremento en su uso y en la ansiedad puede provocar una dependencia, por lo que, los consumos descritos con anterioridad no son una forma sana de afrontamiento ante la presencia de ansiedad.
En el tratamiento de la dependencia, surge una ansiedad intensa en la fase de abstinencia, la cual debe tratarse adecuadamente para reducirla y así afrontar adecuadamente las situaciones que producen el estrés.
Recuerda que los niveles de ansiedad, las situaciones generadoras de ésta y los efectos, son diferentes para cada persona, por ello, te invitamos a identificar si presentas algún tipo de ansiedad y las acciones que llevas a cabo para reducirla. Si consideras que tu situación es alarmante, busca ayuda de profesionales de la salud que se especialicen en ese tipo de problemas.
Ponemos a tu disposición un test de Ansiedad que puede ayudarte a identificar si tienes tendencia a caer en la ansiedad.