Las diversas definiciones de la palabra “juego” coinciden en que esta se refiere a una actividad recreativa, es decir, que divierte o entretiene. El juego también, es una de las primeras formas en las que aprendemos cuando somos niños; entre otras cosas, aprendemos a seguir reglas, a ganar y a perder. Conforme vamos creciendo, los juegos cambian.
En la vida adulta, es común que algunas personas disfruten de los juegos de azar, que son todos aquellos donde ganar o perder no depende exclusivamente del jugador, sino que interviene la suerte o casualidad. Los juegos de azar muchas veces incluyen apuestas que generan ganancias y grandes pérdidas de dinero. Algunos ejemplos de juegos de azar son los dados, las cartas, la lotería, las carreras de caballos y las apuestas deportivas, entre otros. Actualmente, la popularidad de estos juegos ha aumentado, ya que muchos de ellos están disponibles en versiones online.
¿Cuándo el juego deja de ser divertido para convertirse en adictivo?
Los juegos de azar dejan de ser divertidos cuando un individuo encuentra difícil resistirse o controlar su deseo de jugar, ya sea para ganar, para recuperar lo perdido en juegos anteriores o simplemente por la excitación o emoción que le produce el juego.
La adicción al juego es llamada ludopatía o juego patológico y se considera un trastorno adictivo que causa un desajuste en la vida del jugador y de quien lo rodea. La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) considera que una persona sufre el trastorno de juego patológico cuando presenta cuatro o más de los siguientes síntomas:
Como sucede con otras adicciones, como el alcoholismo por ejemplo, los adictos al juego experimentan:
- Síndrome de abstinencia – sensaciones físicas y psicológicas cuando deja de jugar o reduce la frecuencia del juego.
- Tolerancia – cada vez necesita jugar más o con mayor frecuencia para experimentar la emoción deseada.
Intranquilidad permanente – a menudo piensa en el juego, planea formas para conseguir dinero y seguir jugando.
Consecuencias del juego patológico
La ludopatía es un trastorno que provoca una serie de complicaciones en diversas áreas de la vida de quien lo padece, comenzando por experimentar ansiedad, tristeza, irritabilidad o depresión. Incluso, varios adictos al juego han tenido ideas o intentos suicidas por la pérdida de su patrimonio a causa del juego.
En el ámbito familiar los problemas se hacen presentes cuando el adicto al juego deja de cumplir con sus responsabilidades, comienza a mentir en casa o toma dinero para continuar jugando o pagar apuestas. La economía comienza a deteriorarse por las deudas, pudiendo llegar a perder todo su patrimonio. Los problemas legales por robos o estafas son comunes.
El rendimiento en el trabajo o la escuela baja considerablemente. Descuida amistades y relaciones sociales, pierde interés por otras actividades.
Además es común que los jugadores patológicos tengan otras adicciones asociadas, entre las más comunes están el consumo de tabaco, alcohol y cocaína.
La ludopatía tiene solución
Aunque la ludopatía puede tener tratamiento, es difícil que los adictos busquen ayuda, pues tienen problemas para reconocer que tienen una compulsión por jugar. Por ello, es importante que amigos y familiares ayuden al jugador a buscar la rehabilitación.
Hoy en día existen clínicas que tienen tratamientos específicos y muy puntuales para tratar este trastorno.