La COVID-19 no es la única amenaza a la que nos enfrentamos actualmente, pues hay otra relacionada con los alimentos que desde hace tiempo nos acecha debido a que las condiciones en las fábricas y granjas no siempre son las más higiénicas y sanas, y nos referimos a la salmonelosis. Esta infección es causada por las bacterias del género Salmonella, que infectan los intestinos de humanos y animales (y se propagan a través de la materia fecal de muchos animales). Se estima que enferman a millones de personas cada año, lo que convierte a la salmonela en una de las principales causas de intoxicación alimentaria en todo el mundo.
Síntomas
Si demasiadas bacterias de salmonela ingresa a tu estómago, tu cuerpo trabajará duro para deshacerse de ellas. Dentro de las 12 a 72 horas posteriores a la infección, tendrás diarrea junto con calambres estomacales y fiebre. Estos síntomas suelen desaparecer después de cinco a siete días, aunque puede llevar varios meses volver a la normalidad por completo.
La mayoría de las personas se recuperan de las infecciones por salmonela, pero en casos raros, los gérmenes pueden diseminarse desde los intestinos hacia otras partes del cuerpo, causando dolor articular a largo plazo y otras complicaciones. De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), cerca de 450 estadounidenses mueren de envenenamiento por salmonela cada año. Los bebés, los adultos mayores y las personas con sistemas inmunitarios debilitados tienen más probabilidades de enfermarse gravemente si contraen salmonela.
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Prevención
Lo más importante que puedes hacer para prevenir la intoxicación por salmonela es evitar comer alimentos peligrosos, incluida la leche no pasteurizada y el pollo, la carne y los huevos poco cocidos. Afortunadamente, cocinarlos bien matará las bacterias. El pollo y la carne molida deben cocinarse hasta que desaparezcan todos los rastros de coloración rosa (comer carne molida es más riesgoso que un bistec porque los gérmenes pueden mezclarse en toda la carne, no solo en la superficie). También debes tener cuidado al preparar estos alimentos en la cocina. Para la seguridad de tu familia, lávate bien las manos con agua tibia y jabón después de manipular dichos alimentos y haz lo mismo con las tablas de cortar, las encimeras y los utensilios. Para evitar que la salmonela se propague hacia las ensaladas, usa tablas de cortar separadas para carnes y verduras.
No comas productos elaborados con huevos crudos, incluida la masa casera para galletas (la masa para galletas comprada en la tienda a menudo se pasteuriza, pero revise la etiqueta para asegurarte. Dado que la salmonela es especialmente dura para los cuerpos jóvenes, resiste la tentación de dejar que los niños pequeños laman la cuchara cuando preparen pasteles o galletas.
Aunque ha habido algunos brotes de salmonela en los restaurantes de sushi, este tipo de comida no parece tener más probabilidades de propagar la enfermedad. No obstante, si estás preparando pescado en casa, asegúrate de que la superficie esté cocida y limpia los jugos crudos.
Si tienes un reptil como mascota, asegúrate de que todos en la casa se laven bien las manos después de manipularlo. Lo mismo ocurre con los pollos de traspatio. Las personas mayores, los niños muy pequeños y las personas con sistemas inmunológicos débiles no deben tocar a los animales en absoluto, pues al igual que con la COVID-19, corren más riesgo de contraer salmonela.
RECUERDA: Si sospechas que tú o alguien de tu familia tiene salmonela, es importante que acudas al médico a la brevedad.
Vía: Health Day News