Cuando te sientas en una silla, estás descansando sobre tus tuberosidades isquiáticas, o conocidos comúnmente como «huesos de asiento», las prominencias óseas en la parte inferior de la pelvis. También ejerces mucha presión sobre la zona lumbar, los nervios, los músculos, los tendones y las bolsas isquiáticas (sacos llenos de líquido cerca de los huesos isquiáticos).

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Por ello, sentarse puede agravar (o en algunos casos causar) estas fuentes comunes de dolor de glúteos:

  1. Un disco abultado. «Cuando tienes un disco entre los huesos de la espalda que sobresale y pellizca los nervios, sentarse así lo indica Clare Safran-Norton, supervisora ​​clínica de servicios de rehabilitación en el Brigham and Women’s Hospital, afiliado a la Universidad de Harvard.
  2. Bursitis isquiática. Una o más de las bolsas isquiáticas se inflaman y causan dolor en las nalgas.
  3. Isquiotibiales no saludables. Los isquiotibiales, tres músculos en la parte posterior de cada muslo, se unen a los huesos isquiáticos mediante tendones. Estar sentado durante períodos prolongados puede acortar los isquiotibiales, lo que aumenta el riesgo de distensión de los isquiotibiales o irritación del tendón que sentirás en los glúteos.
  4. Síndrome piriforme. Pasar demasiado tiempo sentado(a) puede estirar demasiado el músculo piriforme, ubicado en la profundidad de las nalgas, lo que puede irritar el nervio ciático que atraviesa el piriforme y causar dolor en las nalgas o en la pierna.

RECUERDA: Con base en lo anterior, si sufres dolor de glúteos, consulta a tu médico.

 

Vía: Harvard Medical School