Cuando te sientas en una silla, estás descansando sobre tus tuberosidades isquiáticas, o conocidos comúnmente como «huesos de asiento», las prominencias óseas en la parte inferior de la pelvis. También ejerces mucha presión sobre la zona lumbar, los nervios, los músculos, los tendones y las bolsas isquiáticas (sacos llenos de líquido cerca de los huesos isquiáticos).
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Por ello, sentarse puede agravar (o en algunos casos causar) estas fuentes comunes de dolor de glúteos:
- Un disco abultado. «Cuando tienes un disco entre los huesos de la espalda que sobresale y pellizca los nervios, sentarse así lo indica Clare Safran-Norton, supervisora clínica de servicios de rehabilitación en el Brigham and Women’s Hospital, afiliado a la Universidad de Harvard.
- Bursitis isquiática. Una o más de las bolsas isquiáticas se inflaman y causan dolor en las nalgas.
- Isquiotibiales no saludables. Los isquiotibiales, tres músculos en la parte posterior de cada muslo, se unen a los huesos isquiáticos mediante tendones. Estar sentado durante períodos prolongados puede acortar los isquiotibiales, lo que aumenta el riesgo de distensión de los isquiotibiales o irritación del tendón que sentirás en los glúteos.
- Síndrome piriforme. Pasar demasiado tiempo sentado(a) puede estirar demasiado el músculo piriforme, ubicado en la profundidad de las nalgas, lo que puede irritar el nervio ciático que atraviesa el piriforme y causar dolor en las nalgas o en la pierna.
RECUERDA: Con base en lo anterior, si sufres dolor de glúteos, consulta a tu médico.