La dieta mediterránea es saludable tanto para los adultos como para los pequeños del hogar. Las verduras y el pescado son ingredientes básicos de esta alimentación, muy beneficiosa para el desarrollo y el funcionamiento del organismo, con un importante aporte de vitaminas, minerales y grasas esenciales.
Conoce más: Afecciones gastrointestinales crónicas más comunes en los niños
Si bien los niños suelen resistirse a estos alimentos, existe un sinfín de opciones y combinaciones para incluirlos en su dieta. A continuación, te mostramos algunos trucos y consejos para que la ingesta de estos alimentos resulte más atractiva.
- Aprovecha los purés. Sólo se necesita una buena combinación de ingredientes y un toque de sabor, que convertirá una aburrida crema de verduras en un apetitoso plato. Además, su elaboración es tan sencilla, que los niños pueden ayudarte, lo que aumentará su interés por el resultado final.
- Dibuja una cara sonriente con verduras. Las posibilidades son muchas y si son los propios niños los que colaboran con la idea, mucho mejor. Es importante alternar las hortalizas y verduras con otros ingredientes que le gusten a ellos.
- Elige bien el pescado y su cocinado. Prueba y aprovecha la amplísima oferta que existe en el mercado. El cazón, por ejemplo, se caracteriza por su suave sabor, por eso es habitual cortarlo en trozos pequeños y regarlos con una buena salsa de tomate.
- Ponle verduras a su plato favorito. Ya sea una pizza, unos macarrones, canelones, garbanzos o arroz, todo es susceptible de ir acompañado o relleno de verduras. Cortadas en tiras, picaditas para que no se noten o en trozos más grandes eligiendo las que menos disgusten, es posible elaborar un plato al gusto de toda la familia.
- Prepara croquetas y bolitas de pescado. Los aperitivos en forma de rebozado o empanado son la opción fácil de acercarse al pescado. Los de merluza o bacalao son los que más triunfan en este tipo de entrantes y siguen siendo una buena fuente de nutrientes.
Vía: 20 minutos.es