La temperatura corporal puede variar dependiendo de cada persona y el momento del día, pero suele oscilar entre los 36.1°C y los 37.2°C. Tal vez no lo sabías, pero el cuerpo humano cuenta con mecanismos de defensa que mantienen la temperatura corporal interna, a través del hipotálamo.
«Recibe información de la temperatura externa a través de comunicaciones nerviosas sensitivas que lo conectan con la piel. Dependiendo de la temperatura ambiente, el hipotálamo pone en marcha una serie de respuestas físicas para mantener una temperatura interna adecuada. El objetivo es evitar la pérdida de calor corporal», señaló Juan Carlos Portilla, especialista de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
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¿Cuáles son los efectos del frío y su explicación?
El hormigueo y el temblor son algunos de los efectos del frío intenso. De forma instintiva, el cuerpo intenta reducir la sensación moviendo las piernas o los brazos para generar calor. Al mismo tiempo, el hipotálamo está trabajando para regular la temperatura. Por tanto, una de las principales respuestas del organismo son las contracciones musculares involuntarias o espasmos que provocan los temblores.
Por otro lado, se produce lo que se denomina vasoconstricción cutánea. Esto es una disminución del aporte de sangre para reducir la pérdida de calor por la piel. Es por ello que algunas personas pueden sentir hormigueo e incluso su piel se torna pálida.
La piel de gallina se produce debido a la «piloerección por la contracción de los músculos que se asocian a la base del pelo», cuyo objetivo es evitar la pérdida del calor.
¡Abrígate muy bien! Si tienes dudas sobre el cuidado de tu salud durante el invierno, comunícate con un médico.
Vía: 20 minutos.es