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Si tu hija o hijo pequeño lloriquean a cada rato y ya no sabes qué hacer, seguramente te estarás preguntando cómo resolver la situación. Para ello, aquí te dejamos algunas preguntas y respuestas para entender y manejar los lloriqueos de tus niños, cortesía de la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP):

1. ¿Qué expresan los niños pequeños cuando lloriquean?

Pueden estar tratando de expresar una necesidad física insatisfecha, como hambre o fatiga; para afirmar su independencia resistiendo las instrucciones de sus padres; o para que sus padres les den algo, como un juguete o un dulce. Los niños en edad preescolar también lloriquean simplemente para llamar la atención, especialmente la de los padres que están ocupados, distraídos o cada vez más ausentes de casa.

2. ¿Debo tratar de complacer a mi hijo para que no lloriquee?

Solamente si parece mejorar su perspectiva. A menudo, los niños lloriquean  porque están de mal humor y no saben cómo dejar de estarlo. Ayuda a tu hijo a doblar la esquina: ponte las manos en los oídos y grita: «¡Ay!» cuando lloriquee, o dile que no puede tomar un refresco antes de comer porque solo los extraterrestres del espacio exterior hacen eso. Si su estado de ánimo no mejora después de algunos intentos, deja de bromear. Quizás necesite algo de paz y tranquilidad.

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3. ¿Por qué mi hijo lloriquea solo cuando estoy cerca?

Es un fenómeno común: entras en una habitación donde tu hijo(a) está jugando feliz y, listo, se arruga y comienza a quejarse. ¿Significa que es infeliz, en realidad? Tal vez un poco, pero lo seguro es que te ama, confía en ti y se emociona más cuando estás cerca. También ha descubierto que la forma más rápida y fácil de conseguir lo que quiere de ti es lloriquear.

Pídele a tu hijo(a) que te trate como a todos los demás, es decir, como si fueras una persona «normal» o cualquiera, y no solo mamá o papá. ¿Se quejaría si fueras profesor? ¿Su tío favorito? A estas alturas, tu hijo(a) sabe que debe usar palabras para comunicarse con amigos, cuidadores y maestros. Dile que necesitas que él/ella haga lo mismo contigo.

Si tu niño(a) continúa lloriqueando contigo y no con los demás, podría ser una señal de que necesita pasar más tiempo a tu lado, o de que tú cedes con frecuencia a sus caprichos. En el primer caso, deberás dedicar un poco más de tiempo a tu hijo(a) y aprovechar cada oportunidad para tranquilizarlo(a) respecto a su necesidad de amor y atención. Si le has permitido que se salga con la suya lloriqueando, debes comenzar a ponerte firme y mantenerte ahí. Responde con firmeza y coherencia al comportamiento y eventualmente terminará.

 

Vía: Health Day News