Un nuevo estudio publicado en la revista Environment International descubrió que la exposición a ciertos metales puede alterar las hormonas de las mujeres embarazadas y aumentar las probabilidades de complicaciones como preeclampsia, parto prematuro y bajo peso al nacer.
Los metales como el níquel, el arsénico, el cobalto y el plomo se han asociado con complicaciones durante el embarazo, pero no está claro por qué.
«Un delicado equilibrio hormonal orquesta el embarazo desde la concepción hasta el parto, y las perturbaciones de este equilibrio pueden afectar negativamente tanto a la madre como al feto», destacó Zorimar Rivera-Núñez, profesora asistente de investigación en la Escuela de Salud Pública de la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey (Estados Unidos) y autora principal del trabajo.
Para la investigación, los científicos analizaron muestras de sangre y orina de 815 mujeres en Puerto Rico. Estas fueron inscritas en un estudio a largo plazo de exposiciones ambientales en mujeres embarazadas y sus hijos.
El estudio encontró que algunos metales pueden alterar el sistema endocrino, el cual se encarga de regular las hormonas. Tales alteraciones pueden aumentar el riesgo de enfermedad y problemas de salud de los niños al nacer y más adelante en la vida.
Por ejemplo, las alteraciones de las hormonas esteroides sexuales durante el embarazo se han relacionado con un crecimiento fetal inadecuado, lo que conduce a un bajo peso al nacer. El peso del neonato está fuertemente asociado con el riesgo de un niño de padecer enfermedades crónicas, incluyendo obesidad y cáncer de mama.
Durante el embarazo, la alteración del sistema endocrino puede depender de cuándo la madre estuvo expuesta a los metales, dijeron los investigadores.
Por ejemplo, las mujeres embarazadas en Puerto Rico tienen están más expuestas a los metales antes citados que en el territorio continental de Estados Unidos.
Según Rivera-Núñez, Puerto Rico tiene una de las tasas más altas de sitios donde opera el programa Superfund (dedicado a limpiar zonas terrestres contaminadas y responder a emergencias ambientales) de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) del país norteamericano, en comparación con cualquiera de las jurisdicciones estadounidenses que abarcan 18 sitios activos, lo que puede contribuir a tasas más altas de exposición a metales tóxicos.
Las mujeres en Puerto Rico poseen tasas significativamente más altas de partos prematuros de casi el 12% (en comparación con el resto de Estados Unidos, cuya tasa es de menos del 10%), al igual que otros resultados adversos durante el parto, lamentó la experta.
«Además, la exposición a la contaminación ambiental se ve agravada por eventos climáticos extremos como huracanes, sequías e inundaciones, que pueden resultar en exposiciones elevadas a los sitios Superfund», agregó.
Se necesita más investigación para conocer los efectos a largo plazo de la exposición a metales durante el embarazo, concluyeron los investigadores.
Vía: Health Day News