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Una nueva investigación publicada en la revista Cancer sugiere que llevar una dieta saludable, específicamente la dieta mediterránea, podría reducir el riesgo de que el cáncer de próstata progrese a un estado más avanzado.

La relativa falta de grasas saturadas en estas dietas podría ser una de las principales razones.

La dieta mediterránea es «conocida porque involucra un menor consumo de grasas saturadas», señaló el doctor Phillip Vigneri, especialista en cáncer de próstata ajeno al nuevo estudio y director del departamento de medicina radiológica en el Hospital Universitario de Staten Island, en Nueva York (Estados Unidos).

Por ejemplo, «se sabe desde hace algún tiempo que, aunque Japón tiene una incidencia similar de cáncer de próstata, posee unas tasas de metástasis y mortalidad más bajas», indicó el experto. Y a pesar de que no es posible probar una causa y efecto claros, «esta diferencia generalmente se atribuye a una dieta [japonesa] que es más baja en grasas», agregó.

La nueva investigación evaluó a 410 pacientes con cáncer de próstata y fue dirigido por el doctor Justin Gregg, profesor asistente de urología en el MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas, en Houston. Debido a que la mayoría de los casos de esta enfermedad son de bajo riesgo y tienen resultados favorables, muchos hombres no requieren tratamiento inmediato y optan por la «vigilancia activa». Tal fue el caso de los participantes en este estudio.

Los autores descubrieron que quienes se apegaban a comidas ricas en frutas, verduras, legumbres, cereales y pescado, características de una dieta mediterránea, tenían un riesgo mucho menor de que el cáncer de próstata creciera o avanzara hasta un punto en el que el tratamiento activo podría ser necesario.

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Después de un seguimiento promedio de tres años, 76 hombres en el estudio observaron que su cáncer progresaba. Pero por cada aumento de una unidad en la «puntuación de la dieta mediterránea» de un paciente individual, los investigadores hallaron un riesgo 10% menor de progresión del tumor.

«Una dieta mediterránea no es invasiva, es buena para la salud en general y, como lo muestra este estudio, tiene el potencial de afectar la progresión de su cáncer», apuntó Gregg, quien describió el régimen como una «dieta rica en alimentos vegetales, pescado y un equilibrio saludable de grasas monoinsaturadas».

La investigación también encontró que el efecto de una dieta mediterránea fue más pronunciado en los hombres de raza negra. Dicho dato es muy significativo, ya que la tasa de cáncer de próstata es 50% más elevada en los afroamericanos que en los blancos, y los resultados para los hombres negros suelen ser más adversos.

Según Vigneri, las dietas bajas en grasas pueden impedir el cáncer a nivel celular.

«Los estudios de laboratorio han demostrado que las grasas saturadas en placas de Petri facilitan la invasión y migración de las células cancerosas», refirió Vigneri.

De esta forma, los resultados de este trabajo respaldan la noción de que los alimentos nutritivos nos ayudan a mantenernos saludables y permiten que nuestro sistema inmunológico se mantenga en funcionamiento.

 

Vía: Health Day News