Si te convertiste en mamá, tal vez ya hayas tenido sesiones nocturnas de alimentación, congestión, de usar extractores de leche, de tener goteras, etc.

Pero qué pasa si de repente sientes un bulto duro y doloroso en alguno de tus senos. Esto podría tratarse de un conducto de leche obstruido. Sin embargo, no es algo por lo que debas alarmarte, pues generalmente es posible limpiar la obstrucción en casa y volver a tu rutina normal rápidamente.

Síntomas de un conducto de leche obstruido

Los conductos lácteos obstruidos se presentan cuando un conducto lácteo en tu seno se bloquea o tiene un drenaje deficiente. Es posible que experimentes uno si tu seno no se vacía por completo después de una toma, si tu bebé se salta una toma o si estás bajo mucho estrés, como sucede con muchas nuevas mamás.

Por ello, aquí te mencionamos los síntomas de esta afección, que pueden aparecer lentamente y suelen afectar únicamente a un seno:

  • Un bulto en un área de tu seno.
  • Ingurgitación alrededor del bulto.
  • Dolor o hinchazón cerca del bulto.
  • Malestar que desaparece después de amamantar o bombear si te estás extrayendo la leche.
  • Dolor durante la bajada.
  • Tapón de leche/ampolla en la abertura de tu pezón.
  • Movimiento del bulto con el tiempo.

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También es común observar una disminución temporal en tu suministro cuando tienes una obstrucción. Incluso puedes ver leche espesa o grasosa si la estás extrayendo, por lo que puede parecer que contiene hilos o granos.

Por ello, a la primera señal de un conducto obstruido, puedes comenzar a trabajar en el problema.

Uno de los tratamientos más eficaces es el masaje, especialmente mientras alimentas a tu bebé o te extraes leche. Para masajear, comienza en la parte exterior del seno y aplica presión con los dedos mientras te mueves hacia la obstrucción. También puede ser útil masajear mientras estás en la ducha o el baño.

Si tienes más dudas sobre tener un conducto de leche obstruido y cómo limpiarlo, consulta a tu médico.

 

Vía: Healthline