Los efectos nocivos de la obesidad sobre el corazón no pueden deshacerse con el ejercicio si no bajas esos kilos extra, lo que significa que NO es posible estar «gordo pero sano», así lo advierten investigadores españoles en un estudio que publicaron recientemente en la revista European Journal of Preventive Cardiology.
«El ejercicio no parece compensar los efectos negativos del exceso de peso», destacó Alejandro Lucía, profesor de fisiología del ejercicio en la Universidad Europea de Madrid y autor de la investigación.
Los resultados del estudio «refutan la noción de que un estilo de vida físicamente activo puede anular por completo los efectos nocivos del sobrepeso y la obesidad», apuntó el experto.
Lucía y sus colegas analizaron datos de casi 528,000 adultos que trabajan en España. La edad promedio de los participantes fue de 42 años, y cerca de 7 de cada 10 eran hombres.
Alrededor del 42% de estos adultos tenían un peso normal. El 41% tenía sobrepeso y el 18% obesidad. La mayoría eran inactivos (63.5%); el 12.3% hizo algo de ejercicio, pero no lo suficiente, y el 24.2% realizó actividad física con regularidad.
Aproximadamente, el 30% de los participantes tenía colesterol alto; el 15% tenía presión arterial alta y el 3% tenía diabetes.
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Sin embargo, no importa qué tan activas fueron, pues las personas con sobrepeso y obesidad mostraron un mayor riesgo de enfermedad cardíaca que aquellas cuyo peso era normal, subrayó el estudio.
En comparación con las personas activas de peso normal, las personas activas con obesidad tuvieron aproximadamente el doble de probabilidades de tener colesterol alto, cuatro veces más probabilidades de tener diabetes y cinco veces más probabilidades de tener presión arterial alta.
«No se puede estar ‘gordo pero sano'», enfatizó Lucía.
Pero los investigadores no ignoraron la importancia del ejercicio. En todas las categorías de peso, cualquier actividad física se asoció con un menor riesgo de diabetes, presión arterial alta o colesterol alto, revelaron los resultados. Y el riesgo de diabetes y presión arterial alta disminuyó a conforme aumentó la actividad física.
«Esto nos dice que todos, independientemente de su peso corporal, deben estar físicamente activos para salvaguardar su salud», resaltó Lucía.
«Más actividad es mejor, por lo que caminar 30 minutos al día es mejor que caminar 15 minutos al día», aconsejó.
Lucía agregó que es igualmente importante combatir la obesidad y el sedentarismo. «La pérdida de peso debe seguir siendo un objetivo principal de las políticas de salud junto con la promoción de estilos de vida activos», concluyó el investigador.
Vía: Health Day News