Un ensayo clínico innovador publicado la semana pasada en la revista New England Journal of Medicine, reveló que los medicamentos para la artritis reumatoide pueden salvar la vida de los pacientes hospitalizados con casos graves de COVID-19.
«Estamos encantados de que nuestros resultados completos se publiquen ahora después de la revisión por pares. Esto confirma la solidez de nuestros hallazgos, de que los medicamentos tocilizumab y sarilumab pueden reducir las muertes en casi una cuarta parte en los pacientes más enfermos con COVID-19″, destacó el doctor Anthony Gordon, catedrático de Anestesia y Cuidados Intensivos del Imperial College de Londres, en Reino Unido, y autor del estudio.
En esta investigación, los medicamentos para la artritis tocilizumab y sarilumab redujeron la muerte entre los pacientes con COVID-19 en estado crítico en casi 9 puntos porcentuales, o en alrededor del 25%. Los fármacos son inmunomoduladores denominados antagonistas del receptor de IL-6, los cuales también acortaron significativamente la estancia hospitalaria de los pacientes.
«En promedio, los pacientes fueron dados de alta de las unidades de cuidados intensivos una semana antes, y salieron del hospital dos semanas antes», indicó Gordon, quien subrayó que «varios miles de pacientes» ya se habían beneficiado del uso de estos medicamentos a través del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS).
«Otros estudios ya han confirmado nuestros resultados, por lo que todavía más pacientes seguirán beneficiándose», resaltó Gordon.
De los 353 pacientes en el ensayo, algunos recibieron tocilizumab o sarilumab; otros recibieron un placebo inactivo.
El 36% de los pacientes que recibieron un placebo murieron, en comparación con el 27% de los pacientes que recibieron los medicamentos (28% para tocilizumab, 22% para sarilumab).
Esto significa que por cada 12 pacientes tratados, se salvaría una vida, afirmaron los autores.
Gordon dijo que los ensayos anteriores que utilizaron agonistas del receptor de IL-6 no mostraron un beneficio claro sobre el progreso de la enfermedad o la supervivencia en pacientes con COVID-19. Pero tales estudios incluyeron a pacientes cuya enfermedad era menos grave y el tratamiento se inició en diferentes etapas, agregó.
«Una diferencia crucial podría ser que en nuestro estudio, los pacientes críticamente enfermos se inscribieron dentro de las 24 horas posteriores al inicio del soporte orgánico. Esto enfatiza una posible ventana temprana para el tratamiento, en la que los pacientes más enfermos pudieron obtener el mayor beneficio de la terapia de modulación inmunitaria», finalizó Gordon.
Vía: Health Day News