Existe una extraña ironía con la pandemia de COVID-19 entre los niños, ya que por lo general, pueden enfermarse mucho con los virus, especialmente los más pequeños.
“Durante el invierno, es común ver niños ingresados con infecciones respiratorias virales que están muy enfermos y requieren de cuidados intensivos”, indicó Rachel Lewis, especialista en medicina de cuidados intensivos pediátricos en el Hospital Infantil Joseph M. Sanzari, en Estados Unidos. «En igualdad de condiciones, los más jóvenes suelen ser los más enfermos».
Sin embargo, con el COVID-19 ha sucedido lo contrario: los adultos son los que se enferman más.
Parte de lo anterior propició el cierre de las escuelas, situación que limitó la propagación de gérmenes y virus en general. «Mis propios hijos ni siquiera han tenido una secreción nasal», dijo Felicia Gliksman, neuróloga pediátrica del citado hospital. “Uno de los efectos secundarios inesperados es que los niños no están llenando la unidad de cuidados intensivos por tener COVID-19 u otras infecciones virales que comúnmente adquieren”.
Conoce más: Posible «doble pandemia» de COVID-19 e influenza, lo que debes saber y hacer
Esto le quitó presión a todo el sistema de atención médica, pues los hospitales pediátricos reasignaron recursos, como ventiladores y otros soportes respiratorios no invasivos, a los sitios de atención de adultos que los requerían. «Es sorprendente, pero una bendición», aseguró Lewis. «Es mucho más raro que un niño se enferme gravemente con COVID-19».
¿Quién está en mayor riesgo?
Esto no significa que el nuevo coronavirus no represente una amenaza real para los niños, pues continúa siendo peligroso. En particular, los menores que corren mayor riesgo son:
- Niños con enfermedad pulmonar crónica
- Niños con enfermedades del corazón
- Niños con obesidad
- Niños con sistemas inmunes debilitados