Muchas personas tienen poco tiempo para hacer ejercicio, pero mantenerse activo no siempre requiere ir al gimnasio. Con pequeños cambios, las actividades diarias pueden convertirse en oportunidades para moverse más y mejorar la condición física.
1. Camina siempre que sea posible
En lugar de usar el auto o transporte público para distancias cortas, opta por caminar. Si trabajas en un edificio, usa las escaleras en lugar del ascensor. También puedes aprovechar llamadas telefónicas para caminar en lugar de quedarte sentado.
2. Convierte la limpieza en un entrenamiento
Actividades como barrer, trapear o lavar los vidrios pueden ser ejercicios efectivos. Intenta hacer movimientos amplios, mantener una buena postura y aumentar el ritmo para elevar la frecuencia cardíaca.
3. Aprovecha el tiempo frente a la televisión
Si pasas tiempo viendo televisión, puedes realizar ejercicios simples como sentadillas, estiramientos o saltos en los comerciales. También puedes hacer planchas o levantamiento de pesas ligeras.
4. Transforma tu rutina en casa o en el trabajo
Si trabajas en una oficina, levántate cada hora para estirarte o dar una pequeña caminata. Al hacer fila o esperar algo, puedes contraer los músculos del abdomen o ponerte de puntillas varias veces para fortalecer las piernas.
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5. Juega con los niños o las mascotas
Actividades como correr, saltar o jugar al aire libre con los niños o mascotas pueden ser una forma divertida de mantenerse activo. Estos momentos no sólo ayudan al ejercicio, también fortalecen los lazos familiares.
Incorporar movimiento en la rutina diaria es una manera efectiva de mantenerse activo sin necesidad de dedicar tiempo extra al ejercicio. Con pequeños cambios, es posible mejorar la salud cardiovascular, la resistencia y la fuerza sin alterar demasiado el día a día.
Fuente: Mayo Clinic