Gracias a los avances actuales en medicina, se sabe que muchas personas metabolizan las sustancias adictivas de maneras distintas.

Esto porque hay quienes, por ejemplo, no requieren mucho alcohol para llegar al punto de embriaguez. Por otra parte, ciertos individuos aparentemente pueden beber grandes cantidades sin sentirse intoxicados.

Esto a menudo se relaciona con una combinación de factores específicos, que incluyen la edad, el sexo y el peso corporal, por mencionar los más importantes.

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Como parte del consumo regular de grandes cantidades de una sustancia, el cuerpo puede acostumbrarse a sus efectos y metabolizarla de manera más eficiente. La persona podría requerir mayores cantidades de la sustancia para lograr el mismo efecto que las cantidades más pequeñas de la sustancia química que en principio se utilizó para crear la que generó la conducta adictiva.

La medicina suele referirse a este fenómeno como tolerancia.

Cuando la tolerancia aumenta junto con la necesidad de consumir una sustancia para evitar los síntomas de abstinencia, generalmente indica la aparición de un trastorno adictivo. Si una persona no recibe tratamiento, puede tener consecuencias peligrosas.

 

Fuente: Medical News Today