comprasLa compra y sus excesos no han aparecido solo en la época actual, sino que sus antecedentes se remontan incluso hasta la Grecia clásica o el Imperio romano. Sin embargo, en épocas actuales donde el materialismo y el consumismo se han agudizado, se ha facilitado la asociación de posesión material con mayor satisfacción con la vida y la felicidad.

La adquisición de productos y servicios es una actividad que hoy en día no es solo normal, sino incluso inevitable en nuestras actividades cotidianas. Sin embargo, existen patrones relacionados con las conductas de compra y adquisición de productos que pueden traer graves consecuencias económicas, familiares y sociales a un gran número de individuos.

Compra impulsiva y compra patológica

Los modelos relacionados con la racionalidad de los consumidores predominantes durante el siglo XX que sostenían que los compradores evalúan racionalmente cuáles son las mejores opciones de las que disponen antes de tomar cualquier decisión se han venido poco a poco abajo, ya que diversas investigaciones han demostrado que la mayoría de los consumidores realiza sus compras por impulso o “intuición”, cargando en una gran cantidad de ocasiones de emocionalidad a los productos.

De esta manera, durante varios años se realizaron diversos esfuerzos para distinguir la conducta habitual de compra de la compra por impulso, donde podemos enfatizar la definición de Luna (2000), quien define a la compra impulsiva como “un deseo espontáneo de comprar un producto en una situación afectiva donde interactúa el producto con el significado que le da individuo, estableciendo un relación hedónica (como gratificación o compensación), estimular (necesidad de sensaciones, activación, novedad) o puramente simbólica (construcción del “sí mismo” a través de los símbolos asociados al producto”.

Loundon y DellaBitta señalan cinco principales diferencias entre la compra por impulso y la compra racional:

  • El consumidor tiene un deseo espontáneo y repentino de comprar
  • El deseo de comprar pone a los sentimientos de comprador temporalmente fuera de control.
  • El consumidor puede experimentar conflicto psicológico al ponderar la satisfacción inmediata vs. las consecuencias a largo plazo de la compra.
  • El consumidor reduce la evaluación cognitiva que realiza sobre el producto.
  • El consumidor compra sin considerar las consecuencias futuras.

Actualmente no se dispone de una delimitación precisa entre la conducta de compra impulsiva y compulsiva, pero los acercamientos más recientes consideran que esta última – la compra compulsiva-  se relaciona más con el acto de adquisición del producto que por el producto per se.

La compra compulsiva o patológica, puede definirse como aquella compra desproporcionada donde el sujeto atribuye a los objetos unossignificados simbólicos y emocionales que van más allá de los meros objetos deconsumo, siendo por lo tanto una compra que genera un placer o alivio momentáneo,por lo que el sujeto siente la necesidad de tener que volver al escenario de la compra(Luna, 2000).

La adicción a las compras, está actualmente considerada como una adicción “no química”, “procesual” o “conductual”

Modelos explicativos:

Existen diversos modelos que han intentado abordar los factores causales de la adicción a la compra, identificándose diversas variables que refuerzan su multicausalidad.

Derivadas de varios conceptos como el de “autodiscrepancia” de Higgings y la teoría de la “autorrealización simbólica” de Wicklund y Gollwitzer, se dice que la influencia de los factores sociopsicológicos en las discrepancias, entre como el sujeto se percibe (yo real) y cómo le gustaría ser (yo ideal) activa distintos mecanismos de compensación entre los que la motivación (materialismo) será el desencadenante de la adicción a la compra (Rodríguez, et al. 2001, citado en Aravena, 2006).

Autores como Elliot, Eccles y Gourney, han identificado varios perfiles en los adictos dependiendo de sus motivaciones de compra, siendo algunos de ellos los compradores compensadores del malestar y del estado de ánimo, adictos por venganza y existenciales pero, en términos generales, la mayor parte de los compradores compulsivos, utiliza la compra como una manera de enfrentar, evadir o sobrellevar situaciones y emociones desagradables y/o insatisfactorias sobre sí mismos o el entorno.

Causas

En una integración, es común encontrar en los diferentes modelos explicativos sobre las causas de este padecimiento encontrar variables como la ansiedad, depresión, fantasía, baja autoestima, influencia de los padres, poca integración del self, entre muchos otros. Como en todas las conductas de tipo adictivo, no se puede hablar de una causa última del trastorno, sino de una multiplicidad de factores, que en conjunto, lo desencadenan.

Factores personales

Algunos de los factores personales y características psicológicas de los individuos en quienes ha sido identificada esta patología son:

Niveles altos de ansiedad; han sido identificados como factores de riesgo. También se ha identificado una correlación positiva entre el aumento de la ansiedad y un alza en la conducta adictiva.

Baja autoestima, que puede ser compensada por el acto de comprar compulsivamente y reforzada por la sensación de pérdida de control que la compra genera.

La impulsividad – según investigadores como Cole (2001)- incide de forma directa y positiva en la compra compulsiva. Existe una elevada comorbilidad en los pacientes, especialmente con trastornos de control de impulsos como el juego patológico; trastornos por consumo de sustancias y trastornos de la conducta alimentaria.

Búsqueda de sensaciones y necesidad de activación que la conducta de compra genera.

Actitudes positivas hacia el materialismo y el dinero. Los sujetos adictos obtienen puntuaciones notables de materialismo, baja autoestima y comportamiento obsesivo.

Factores familiares:

Tanto los estilos de crianza estrictos como los altamente permisivos se han relacionado con esta patología. Sin embargo, ninguna correlación determinante ha sido identificada.

Consecuencias

Las consecuencias más comunes, notorias e inmediatas son las económicas que el estilo de vida de los compradores compulsivos genera, seguida de las repercusiones sociales, familiares y personales que el endeudamiento genera.

Es también común encontrar en etapas más avanzadas del padecimiento sentimientos profundos de decepción y culpa en momentos posteriores  a la compra, cuando el sujeto hace un análisis más profundo y racional de la compra, la sensación de euforia y satisfacción inmediata ha disminuido.

Tratamiento e intervención

Como todas las adicciones, la adicción a las compras se considera una enfermedad multifactorial, por lo que debe ser abordada integralmente. De acuerdo a lo encontrado por Rodriguez y Black (ambos en 2001), las intervenciones que en conjunto han obtenido mejores resultados en la rehabilitación de compradores compulsivos son el tratamiento farmacológico, los grupos de ayuda mutua y el tratamiento psicológico.

Iptisam Nuyud Yassine Enríquez