
La depresión es un trastorno afectivo cuyo síntoma principal es un estado de debilidad física y tristeza, ya sea transitorio o permanente. Otros síntomas que se presentan son irritabilidad, disminución en el rendimiento e interferencia de este estado con las actividades de la vida diaria. Desafortunadamente, muchas personas no se dan cuenta de que tienen una depresión, o bien, si lo saben, no reciben ningún tipo de atención.

¿Cuáles son los principales tipos de depresión?
Existen, varios tipos de depresión:
El trastorno depresivo grave, también llamado depresión grave, se caracteriza por una combinación de síntomas que interfieren con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer, y disfrutar de las actividades que antes resultaban placenteras. La depresión grave incapacita a la persona y le impide desenvolverse con normalidad. Un episodio de depresión grave puede ocurrir sólo una vez en la vida, pero lo común es que sea recurrente durante toda su vida.
El trastorno distímico, también llamado distimia, se caracteriza por sus síntomas de larga duración (dos años o más). Aunque los síntomas son menos graves y pueden no incapacitar a la persona, si pueden impedirle desarrollar una vida normal o sentirse bien. Las personas con distimia también pueden padecer uno o más episodios de depresión grave a lo largo de sus vidas.
El trastorno bipolar, también llamado enfermedad maníaco-depresiva, no es tan común como la depresión grave o la distimia. El trastorno bipolar se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo que van desde estados de ánimo eufóricos (por ejemplo, manía) a estados de ánimo muy bajos (por ejemplo, depresión).
Otros tipos de depresión que suelen presentarse sólo bajo cierto tipo de circunstancias son:
Depresión posparto se diagnostica si una mujer que ha dado a luz recientemente sufre un episodio de depresión grave dentro del primer mes después del parto. Se calcula que del 10 al 15 por ciento de las mujeres lo pueden llegar a presentar después de dar a luz.
El trastorno afectivo estacional se caracteriza por la aparición de una enfermedad depresiva durante los meses del invierno, cuando disminuyen las horas de luz solar. La depresión generalmente desaparece durante la primavera y el verano.

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Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o vacío.
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Sentimientos de desesperanza y/o pesimismo.
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Sentimientos de culpa, inutilidad, y/o impotencia.
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Irritabilidad, inquietud.
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Pérdida de interés en las actividades o pasatiempos que antes se disfrutaban, incluso en las relaciones sexuales.
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Fatiga y falta de energía.
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Dificultad para concentrarse, recordar detalles y para tomar decisiones.
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Insomnio, despertar muy temprano, o dormir demasiado.
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Comer excesivamente o perder el apetito.
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Pensamientos suicidas o intentos de suicidio.
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Dolores y malestares persistentes, dolores de cabeza, cólicos o problemas digestivos que no se alivian ni con tratamiento.

La serotonina, la norepinefrina y la dopamina son tres sustancias químicas que se encuentran estrechamente relacionadas con la depresión. Se sabe que si hay una disminución de estos neurotransmisores es muy común que se presente una depresión. Los medicamentos antidepresivos son de utilidad porque producen mayores cantidades de la sustancia química necesaria, o bien, hacen que esas sustancias funciones con más eficacia.
Las tecnologías para obtener imágenes del cerebro, tales como las imágenes por resonancia magnética, han demostrado que el cerebro de las personas con depresión luce diferente del de aquellas que no la padecen. Las áreas del cerebro responsables de la regulación del ánimo, pensamiento, apetito y comportamiento parecen no funcionar con normalidad.
Sabías que…
En México existen alrededor de 15 millones de personas que padecen algún problema de salud mental y de adicciones; de ellos, aproximadamente 4 millones padecen depresión. Se puede apreciar que muchas veces los problemas con la depresión se encuentran ligados estrechamente con las adicciones. En estos casos, no se sabe claramente si la depresión puede ser causante de una adicción (utiliza la droga para aliviar los síntomas depresivos) o bien, si la adicción tiene como efecto secundario la depresión (por los efectos inherentes de la sustancia o de su abstinencia).
Sin embargo, es un hecho que en muchas personas, la depresión y una adicción se pueden presentar al mismo tiempo. Por ello, para quienes presentan estas características es recomendable que se traten los dos padecimientos, ya que de no ser atendido uno de ellos puede haber reincidencia en el otro trastorno.
