Obtener una licencia de conducir es un momento importante para muchos adolescentes y adultos jóvenes, incluyendo a aquellos con autismo. Sin embargo, no todos los conductores principiantes se enfrentan a peligros en la carretera.

Una nueva investigación publicada en la revista Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, que fue realizada por expertos del Centro de Investigación y Prevención de Lesiones (CIRP) y el Centro de Investigación del Autismo (CAR) del Hospital Infantil de Filadelfia, analizó los choques de vehículos motorizados y encontró que los adolescentes con autismo poseen la mitad de probabilidades de chocar debido a exceso de velocidad, en comparación con sus compañeros sin el trastorno; pero tres veces más probabilidades de chocar al girar a la izquierda o en U.

Los resultados sugieren que los conductores con autismo pueden beneficiarse de una capacitación personalizada, dijeron los autores.

«Nuestros hallazgos son dignos de mención porque sugieren que los conductores con autismo que recién obtuvieron su licencia pueden establecer patrones de conducción que equilibren la movilidad independiente y el peligro, alineando su riesgo de accidentes con el de otros conductores jóvenes», destacó Allison Curry, directora de epidemiología del CIRP y autora principal del estudio.

«Al aprender más sobre sus patrones de conducción y cómo sus choques difieren de los de sus compañeros, podemos desarrollar una capacitación personalizada para ayudar a los adolescentes y adultos jóvenes con autismo a desarrollar la gama de habilidades necesarias para convertirse en conductores seguros e independientes», agregó Curry.

Para el estudio, los investigadores examinaron datos de residentes de Nueva Jersey nacidos entre 1987 y 2000 que fueron pacientes de la red de atención del Children’s Hospital of Philadelphia. Esto incluyó a casi 500 conductores con licencia con autismo y poco menos de 71,000 conductores sin autismo. El estudio abarcó sus primeros cuatro años conduciendo.

Los registros de salud electrónicos de los pacientes se vincularon con bases de datos de accidentes y licencias de conducir en todo el estado. Los investigadores hallaron que los conductores jóvenes con autismo que estuvieron involucrados en choques tenían más probabilidades de chocar al girar a la izquierda o en U, o después de no ceder el paso a otro vehículo o peatón.

Los autores del estudio sugirieron que los conductores con autismo pueden tener una velocidad motora y habilidades de escaneo visual más lentas, así como debilidades en la velocidad de procesamiento que pueden hacer más difícil identificar y priorizar los peligros potenciales.

Según Benjamin Yerys, coautor del estudio, psicólogo y director del Núcleo de Datos y Estadística de CAR, el trabajo «sugiere que los adolescentes y adultos jóvenes con autismo pueden beneficiarse de una mayor formación en la carretera que sus compañeros sin autismo. Es posible que requieran una formación más personalizada para manejar en curvas e interactuar de forma segura con peatones y otros vehículos».

Alrededor de un tercio de las personas con autismo que no tienen una discapacidad intelectual obtienen su licencia de conducir a los 21 años, apuntaron los autores.

Aunque estudios anteriores con simuladores mostraron que los conductores con autismo podrían tener un mayor riesgo de accidentes, ninguna investigación previa había examinado objetivamente el riesgo real de accidentes e infracciones de tránsito entre ellos, subrayó el estudio.

 

Vía: Health Day News