Corazón, Obesidad y nutrición, Salud Mental
Si durante este mes únicamente has hablado de fútbol y no te has perdido un sólo partido, no te preocupes, la buena noticia es que la pasión deportiva brinda diferentes beneficios.
A decir de Daniel L. Wann, autor Fanáticos del deporte: La psicología e impacto social de los espectadores (Sports Fans: The Psychology and Social Impact of Spectators) el estereotipo de este tipo de personas –con sobrepeso, sedentarias, que no se despegan de la televisión y son bebedores de cerveza– es erróneo.
En realidad, el también profesor de Psicología en la Universidad Murray State en Kentucky que ha estudiado este tema por 25 años, señala que los fanáticos del deporte son bastante activos física, política y socialmente.
Así, las personas que se identifican, por ejemplo, con un equipo local, tienen una mayor autoestima y son menos solitarios que un grupo de gente que no es fanático del deporte.
Por otra parte, a decir de Sian Beilock, profesora de Psicología en la Universidad de Chicago, jugar o mirar un deporte mejora las habilidades del lenguaje cuando se trata de debatir sobre él. En este caso, estudió grupos de jugadores de hockey, aficionados a este juego y personas que nunca lo jugaron o vieron.
Con ello, observó que la región del cerebro que se asocia normalmente con planear y controlar acciones se activa cuando los aficionados y jugadores escuchan conversaciones sobre su deporte. Explica que la investigación sugiere una fuerte conexión entre la mente y el cuerpo, por lo que al estar sentado en un sillón viendo un partido de fútbol u hockey, por ejemplo, el cerebro en realidad está jugando en cierta forma.
De igual manera, un grupo de investigadores de la Universidad de Utah, descubrieron que los niveles de testosterona de los hombres aumentan cuando ven ganar a su equipo, lo que se relaciona, entre otras cosas, con un aumento de energía.
En todo caso, es importante también vigilar otros aspectos. De acuerdo con la Universidad de Arkansas, los fanáticos del deporte tienden a tener peores hábitos alimenticios, pues consumen más comida rápida y menos vegetales, además se saltan el desayuno con mayor frecuencia que los no aficionados.
Además, algunos fanáticos se envuelven demasiado en el resultado de los partidos y en ocasiones, el estrés asociado con el apego a un equipo puede provocar problemas físicos.
El médico Bryan Schwartz del Instituto del Corazón en el Hospital Good Samaritan, explicó que existe un patrón recurrente de que un evento deportivo puede aumentar los problemas cardiacos y las tasas de mortalidad cuando algunas condiciones se presentan –los aficionados son del equipo perdedor, cuando el partido es jugado en casa, cuando se esperaba que el equipo perdedor ganara, especialmente en un partido que se extiende a tiempo extra o penales.
En todo caso, esto no significa que un partido te va a matar, significa que las personas deben tener presente que, dejando a un lado los factores de riesgo crónicos, puede haber factores de riesgo agudo que causen estrés físico y emocional, por lo que es importante mantener las cosas en perspectiva y recordar que sólo es un juego.
Vía: CNN México