Procedencia
Bebidas fermentadas
Se obtienen al fermentarse el azúcar que contienen algunas frutas (vino, sidra), la raíz o el grano de algunas plantas (cerveza). Por el procedimiento de fermentación es difícil conseguir más de un 17 % de alcohol, ya que el propio alcohol mata la levadura (hongos que generan la fermentación) inhibiendo el proceso. La concentración de alcohol en las bebidas fermentadas oscila entre unos 3 a 5 grados.
Bebidas destiladas
Se obtienen por destilación o maceración de las bebidas fermentadas, con lo que se consigue aumentar el porcentaje de alcohol. Pueden contener también azúcares simples en diversas proporciones. Son los llamados licores (ginebra, whisky, vodka, ron, etc.). Contienen una alta concentración de alcohol, alrededor de 40 grados.
Generalidades
Al ingerir alcohol, aproximadamente el 20% del alcohol ingerido es absorbido directamente por las paredes del estómago y entra al torrente sanguíneo. El otro 80% es absorbido más lentamente en el intestino delgado para pasar también a la sangre. El hígado es el órgano encargado de descomponer y expulsar el alcohol del cuerpo, si bien el cuerpo ayuda también a la eliminación de esta sustancia por medio de la orina y el aliento (al hablar, respirar, etc.).
Si la ingestión es moderada, los niveles de alcohol en la sangre se mantendrán bajos y el hígado podrá metabolizarlo y desecharlo sin problemas, pero cuando se bebe demasiado rápido (varias bebidas en un periodo corto de tiempo), o cuando la cantidad ingerida rebasa la que el hígado puede procesar, el organismo entra en un estado de intoxicación en el que comienzan a percibirse cambios de comportamiento y físicos.
Los efectos varían dependiendo de la cantidad consumida y la capacidad de tolerancia (cantidad de alcohol que la persona requiere para conseguir ciertos efectos), la cual varía según la persona, el tipo de bebida, la velocidad de consumo, el estado de ánimo y la cantidad de alimento en el estómago.
Conocido como
Chupe, pisto, licor, vino, bebida, cuba, drink. En la categoría de alcohol se incluyen las bebidas fermentadas, vinos y licores, cervezas, sidras, bebidas destiladas, etc.
Familia
Depresor del sistema nervioso central.
Vía de administración
Oral.
Presentación
Barriles, botellas, latas, etc.
El mecanismo de acción de esta sustancia en el sistema nervioso central aún no está muy claro, pero se cree que interactúa con receptores de glutamato u opiáceos (los cuales disminuyen la actividad de algunos centros cerebrales). A nivel cerebral, el alcohol deprime los centros nerviosos que llevan el control de la conducta, provocando una estimulación inicial aparente en el bebedor (porque se inhiben los sistemas inhibidores cerebrales).
Sin embargo, al continuar bebiendo, algunas funciones como la razón, la cautela, la memoria, el autocontrol, el juicio, la coordinación, el equilibro y los sentidos se van perdiendo. Si se continúa la administración aparece una fase de sueño, seguida de coma etílico (coma inducido por el alcohol), en el que los centros cerebrales que controlan la respiración, el estado de conciencia y el ritmo cardíaco (que se localizan en el tallo cerebral) se encuentran también “anestesiados” y dejan de realizar sus funciones básicas. Por este motivo, el coma etílico puede llevar a la muerte.
Primera etapa
Relajación.
Desinhibición.
Sociabilidad.
Excitación.
Segunda etapa
Conducta emocional errática.
Problemas de juicio.
Primeros indicios de falta de coordinación muscular.
Trastornos en la visión y el equilibrio.
Tercer etapa
Confusión mental.
Dificultades para caminar.
Visión doble.
Reacciones variables del comportamiento: pánico, agresividad, llanto.
Dificultades para pronunciar adecuadamente las palabras y para comprender lo que otros dicen.
Cuarta etapa
Incapacidad para mantenerse en pie.
Vómitos.
Incontinencia de la orina.
Estupor.
Aproximación a la inconsciencia.
Quinta etapa
Ausencia de reflejos.
Estado de coma que puede llevar a la muerte por parálisis respiratoria.
Efectos y secuelas a largo plazo
Sistema digestivo superior
Esofagitis.
Gastritis, cuyos síntomas son acidez, indigestión, vómitos y náuseas constantes.
Úlcera péptica, es decir, daño en el estómago producido por el alcohol y la secreción excesiva de ácidos gástricos. Las manifestaciones van desde dolores de estómago hasta la presencia de sangre en las heces o vómito.
Cáncer en el tracto digestivo superior (boca, garganta, estómago).
Sistema nervioso y cerebro
Neuropatía periférica, en la que las fibras nerviosas de piernas y brazos se dañan, lo que ocasiona la sensación de debilidad o dolor después de beber. Es reversible.
Enfermedad de Wernicke, que se caracteriza por desorientación, pérdida de memoria y problemas visuales. Se debe a la falta de vitaminas y es reversible.
Síndrome de Korsakoff. Se presenta después de la enfermedad de Wernicke y es irreversible. En este síndrome se pierden gran cantidad de habilidades intelectuales y se vuelve imposible para el individuo aprender cosas nuevas, lo que se conoce como amnesia anterógrada; el pensamiento se vuelve rígido, lo que hace imposible seguir una conversación o un tema en particular. Se presenta también el fenómeno de la confabulación, que se refiere a la sustitución de hechos olvidados por episodios o hechos imaginarios.
Degeneración cerebelar. El cerebelo es la estructura del sistema nervioso central encargada de los movimientos finos y el equilibrio. Al verse afectado, el individuo puede tener dificultades para caminar o mantenerse de pie.
Adicción, ya que se modifica la estructura y el funcionamiento del organismo debido a la dependencia de la sustancia.
Sistema digestivo inferior
El intestino pierde la capacidad de absorber nutrientes importantes.
Pancreatitis, es una inflamación del páncreas que puede ser aguda o crónica. El 30% de las personas que no reciben atención adecuada mueren.
Diabetes, que es una enfermedad irreversible caracterizada por altos niveles de glucosa en sangre debido a la baja producción de insulina por el páncreas o un aprovechamiento inadecuado de la misma.
Peritonitis, que es una inflamación aguda o crónica del peritoneo, que es una membrana que contiene las vísceras y recubre la cavidad abdominal.
Después de un periodo de abuso de bebidas alcohólicas, se presentan algunas de las siguientes secuelas físicas y mentales:
Arterioesclerosis. Reducción del diámetro de las arterias ocasionado por la acumulación de placas de grasa en las paredes del vaso. Ésto ocasiona una menos afluencia de sangre oxigenada a los órganos.
Cardiomiopatía alcohólica, en la que el corazón aumenta de tamaño, pero el tono muscular es flácido debido a que el tejido se encuentra muy debilitado. Como consecuencia de esto, el corazón no puede bombear sangre eficientemente, por lo que se esfuerza más y ocasiona que aumenten el pulso y la presión. Este trastorno afecta los pulmones, el hígado, el cerebro y a otros órganos del organismo. Puede ocasionar problemas respiratorios, arritmias cardíacas y edemas, que son bultos en pies y piernas por retención de líquidos.
Infartos.
Hígado
Hígado graso (aumento de grasa en el hígado). Esto sucede porque el hígado degrada una menor cantidad de grasas ante la necesidad de degradar el alcohol. Esto se debe a que el alcohol es un carbohidrato y el hígado lo metaboliza más fácilmente. La recuperación es completa si se deja de beber.
Hepatitis alcohólica (prosigue al hígado graso). Si no se deja de beber, las células del hígado se inflaman y se desarrolla lo que se conoce como hepatitis alcohólica. Los síntomas son falta de apetito, náuseas, vómitos, dolor abdominal, ictericia (aparición de un tono amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos). Este trastorno es tratable, pero puede haber secuelas considerables.
Cirrosis. Si tras la hepatitis se continúa bebiendo, el número de células muertas incrementa y se forman cicatrices en el hígado. A esto se le denomina cirrosis. En esta enfermedad, tanto la cicatrización del tejido hepático (del hígado) como la disminución de la capacidad de su funcionamiento son irreversibles. La cirrosis puede tener una gran cantidad de complicaciones, algunas tan graves que pueden conducir a la muerte. Algunas de estas complicaciones son:
Várices esofágicas (venas varicosas en la garganta).
Ascitis: se acumulan líquidos en la cavidad abdominal.
Fallo hepático: el hígado deja de funcionar porque se encuentra muy dañado. A esta fase le sigue la muerte.
Sistema respiratorio
Las bebidas alcohólicas contribuyen a un decremento en la actividad del sistema inmunológico, lo que vuelve a los individuos más susceptibles a enfermedades como:
Neumonía: infección de los espacios alveolares de los pulmones. Puede llegar a ser mortal.
Tuberculosis: enfermedad infecciosa que afecta principalmente los pulmones, pero también puede involucrar el sistema nervioso central, el sistema linfático, circulatorio, genitourinario, gastrointestinal, los huesos, las articulaciones e incluso la piel.