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Los calambres musculares pueden aparecer en medio de una rutina y arruinar por completo tu entrenamiento. Aunque suelen estar relacionados con el esfuerzo físico, la alimentación e hidratación previas tienen un papel fundamental en su prevención.

1. Mantén una hidratación adecuada

La deshidratación es una de las principales causas de calambres. Antes de entrenar, asegúrate de beber suficiente agua, especialmente si vas a hacer ejercicio intenso o en un ambiente caluroso. Comienza a hidratarte desde horas antes y no justo al iniciar la actividad.

  • Bebe entre 400 y 600 ml de agua dos horas antes del ejercicio.
  • Si tu entrenamiento dura más de una hora, considera líquidos con electrolitos.

2. Asegura un buen aporte de potasio y magnesio

El desequilibrio de minerales como potasio, magnesio y calcio puede favorecer la aparición de calambres. Incluir alimentos ricos en estos nutrientes es clave para mantener el funcionamiento muscular óptimo.

  • Potasio: plátano, papa, aguacate, espinaca.
  • Magnesio: semillas, nueces, avena, legumbres.
  • Calcio: lácteos, tofu, sardinas, verduras de hoja verde.

Consumir una combinación de estos alimentos a lo largo del día ayuda a mantener una buena reserva de electrolitos.

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3. Evita comidas pesadas justo antes de entrenar

Comer demasiado cerca del entrenamiento puede provocar molestias digestivas y fatiga muscular. Lo ideal es comer un snack ligero y balanceado entre 30 y 60 minutos antes del ejercicio. Algunas buenas opciones incluyen:

  • Un plátano con una cucharada de crema de cacahuate.
  • Un yogur natural con avena o fruta.
  • Una rebanada de pan integral con aguacate.

Estas combinaciones ofrecen energía rápida, junto con nutrientes que ayudan a prevenir los calambres.

4. Estira antes de comenzar

Aunque no es un alimento, el estiramiento es una herramienta importante. Preparar los músculos con estiramientos suaves antes del ejercicio puede mejorar la circulación y reducir el riesgo de calambres. Combinar una buena alimentación con un calentamiento adecuado es la mejor fórmula para un entrenamiento sin molestias.

Un enfoque nutricional adecuado antes del ejercicio no sólo te da energía, también protege tus músculos y mejora tu rendimiento. Hidratarte bien y elegir alimentos ricos en minerales esenciales puede marcar la diferencia entre una rutina fluida y una interrumpida por calambres.

 

Fuente: Harvard T.H. Chan School of Public Health