Actividad Física, AlimentAcción
La alimentación y el ejercicio forman un equipo inseparable. Según el tipo de actividad física que realices, tus necesidades nutricionales pueden variar considerablemente. Comer lo adecuado no sólo mejora el rendimiento, también acelera la recuperación y previene lesiones.
1. Ejercicio cardiovascular o aeróbico
Actividades como correr, nadar o andar en bicicleta requieren energía sostenida. Para estos entrenamientos, los carbohidratos complejos son clave, ya que aportan glucosa de liberación lenta. Puedes incluir:
- Avena, arroz integral o pan de grano entero.
- Frutas como plátano o manzana antes del entrenamiento.
- Agua suficiente para evitar la deshidratación.
Después del ejercicio, es importante reponer el glucógeno muscular con una combinación de carbohidratos y proteínas.
2. Entrenamiento de fuerza o pesas
En este tipo de ejercicio, el objetivo es desarrollar masa muscular y fuerza. Las proteínas cobran un papel protagonista, ya que favorecen la reparación y el crecimiento de los tejidos musculares. Se recomienda:
- Consumir una fuente de proteína magra (huevo, pollo, tofu) entre 30 y 60 minutos después del entrenamiento.
- Incorporar una pequeña cantidad de carbohidratos para restaurar energía (como una rebanada de pan integral o un poco de arroz).
Antes del ejercicio, una comida ligera con algo de proteína y carbohidrato puede mejorar el rendimiento.
3. Entrenamiento de resistencia o de larga duración
En deportes como el ciclismo prolongado o el senderismo, los carbohidratos son esenciales antes y durante la actividad, junto con una adecuada hidratación con electrolitos. También se recomienda:
- Comer una comida rica en carbohidratos y moderada en proteínas 3 horas antes del esfuerzo.
- Ingerir pequeños snacks energéticos durante la actividad si dura más de una hora.
Tras el ejercicio, es importante combinar proteínas, carbohidratos y líquidos para una recuperación efectiva.
Conoce más: ¿Qué comer antes de hacer ejercicio para mejorar tu rendimiento?
4. Actividades cuerpo-mente como yoga o pilates
Estas disciplinas requieren equilibrio, concentración y algo de fuerza. Para practicarlas cómodamente, es ideal comer ligero una hora antes, con opciones como:
- Yogur con frutas.
- Un puñado de frutos secos y una pieza de fruta.
- Agua o infusiones para mantener una buena hidratación.
Después de la clase, una comida completa y balanceada ayudará a restaurar energía sin sobrecargar el cuerpo.
Adaptar tu alimentación al tipo de ejercicio que realizas puede hacer una gran diferencia en tus resultados. Escuchar las necesidades de tu cuerpo y planificar tus comidas con intención es una estrategia efectiva para mantenerte saludable y activo.