No existe una forma «correcta» de comer para todos, y los humanos de la era Paleolítica (que data de hace aproximadamente 2.5 millones a 10,000 años) prosperaron con una variedad de dietas, dependiendo de lo que estaba disponible en ese momento y en qué parte del mundo vivían.
Algunos comieron una dieta baja en carbohidratos rica en alimentos de origen animal, mientras que otros siguieron una dieta alta en carbohidratos con muchas plantas.
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Por ello, si has decidido comenzar la dieta Paleo (un plan de alimentación que se ha vuelto muy popular hoy en día y cuyo objetivo es regresar a un modo de alimentación más similar al de estos primeros humanos), debes basarla en alimentos enteros y sin procesar, que incluyen los siguientes:
- Carne: Ternera, cordero, pollo, pavo, cerdo y otros.
- Pescados y mariscos: Salmón, trucha, eglefino (también llamado abadejo), camarones, mariscos, etc. De preferencia, elige pescado fresco o que no sea criado en granjas acuícolas.
- Huevos: Elige de corral, huevos de gallinas camperas (gallinas criadas al aire libre) o enriquecidos con omega-3.
- Verduras: brócoli, col rizada, pimientos, cebollas, zanahorias, tomates, etc.
- Frutas: manzanas, plátanos, naranjas, peras, aguacates, fresas, arándanos y más.
- Tubérculos: Papas, papas dulces (o camotes), nabos, etc.
- Nueces y semillas: Almendras, nueces, nueces de macadamia, avellanas, semillas de girasol, semillas de calabaza y
más. - Grasas y aceites saludables: aceite de oliva extra virgen, aceite de aguacate y otros.
- Sal y especias: sal de mar, ajo, cúrcuma, romero, etc.
RECUERDA: Trata de elegir animales alimentados con pasto o con fuentes orgánicas y criados mediante pastoreo, si puedes permitírtelo. De lo contrario, solo asegúrate de elegir siempre la opción menos procesada.
Fuente: Healthline