Se ha descubierto que la dieta reduce el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer y mejora la eficacia de algunos tratamientos contra dicha enfermedad.
Una revisión del año 2019 encontró que consumir de forma disciplinada una dieta mediterránea se relaciona con una tasa más baja de varios tipos de cáncer, como por ejemplo cáncer de mama, colorrectal y de próstata.
Dicho estudio concluyó que las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias de los componentes de la dieta “previenen y contrarrestan los daños en el ADN y ralentizan el desarrollo de diversas formas de cáncer”.
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Para el cáncer de próstata, investigaciones recientes han demostrado que comer una dieta rica en frutas y verduras coloridas reduce el riesgo de desarrollarlo, además de que acelera la recuperación en aquellos que se someten a radioterapia para la enfermedad.
Tales trabajos, concretados por investigadores del sur de Australia, hallaron que las dietas altas en licopeno y selenio redujeron el riesgo.
Los tomates, melones, papayas, uvas, melocotones, sandías y arándanos son ricos en licopeno, y las carnes blancas, pescados, mariscos, huevos y nueces contienen altas concentraciones de selenio. Todos ellos son alimentos y nutrientes recomendados en la dieta mediterránea.
Y no son sólo los pacientes con cáncer de próstata los que pueden recibir un tratamiento más eficaz con una dieta mediterránea, pues un estudio reciente presentado en la UEG Week 2022 descubrió que este plan de alimentación se asoció significativamente con una mejor respuesta a los medicamentos de inmunoterapia en personas con melanoma avanzado.
Fuente: Medical News Today