El acné es una afección común de la piel que afecta tanto a adolescentes como a adultos. Aunque factores como las hormonas, el estrés o la genética pueden contribuir a su aparición, la alimentación también juega un papel importante. Algunos estudios han señalado que ciertos alimentos pueden empeorar los brotes, mientras que otros ayudan a mantener la piel en mejor estado.
1. Alimentos con alto índice glucémico
Los alimentos que elevan rápidamente los niveles de glucosa en sangre, como pan blanco, pasteles, cereales azucarados o refrescos, pueden estimular la producción de sebo y favorecer la inflamación, ambos factores relacionados con el acné. Una dieta basada en productos integrales y con bajo índice glucémico puede ayudar a reducir estos efectos.
2. Lácteos y productos derivados
Algunas investigaciones han asociado el consumo frecuente de leche, especialmente descremada, con un aumento del acné, posiblemente por su contenido en hormonas o su efecto sobre la insulina. No todas las personas reaccionan igual, pero reducir el consumo de lácteos puede ser útil en ciertos casos.
3. Grasas saturadas y alimentos ultraprocesados
Las comidas ricas en grasas saturadas, como embutidos, frituras y comida rápida, pueden favorecer la inflamación sistémica, lo que podría empeorar las condiciones inflamatorias de la piel, como el acné. En su lugar, conviene optar por grasas saludables como las del aguacate, el aceite de oliva o los frutos secos.
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4. Azúcares añadidos
Un alto consumo de azúcar se ha vinculado con mayor riesgo de brotes de acné. Los azúcares añadidos alteran la producción hormonal e insulínica, lo que puede influir en el equilibrio de la piel. Leer etiquetas y reducir productos con jarabe de maíz de alta fructosa o azúcares refinados es una buena práctica.
5. Alimentos beneficiosos
Aunque el foco suele estar en lo que conviene evitar, también es importante saber qué incluir. Frutas, verduras, pescados ricos en omega-3, legumbres y cereales integrales pueden ayudar a mantener una piel más sana gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
Una alimentación equilibrada, rica en nutrientes y baja en productos procesados, no sólo contribuye al bienestar general, también puede mejorar la salud de la piel y reducir los brotes de acné. Como siempre, los efectos pueden variar entre personas, por lo que es recomendable observar los cambios personales y, si es necesario, consultar con un profesional de la salud.