Los horarios en los que consumimos nuestros alimentos tienen un impacto directo en el metabolismo y, por ende, en la salud general. Comer a deshoras o en momentos no sincronizados con los ritmos naturales del cuerpo puede favorecer problemas como el aumento de peso, alteraciones en los niveles de azúcar en sangre y la aparición de enfermedades metabólicas.

El papel de los ritmos circadianos

El metabolismo humano está regulado por los ritmos circadianos, el «reloj biológico» interno que sincroniza funciones corporales con los ciclos de día y noche. Durante las horas de luz, el cuerpo está preparado para digerir y metabolizar los alimentos eficientemente, mientras que por la noche entra en un estado de ahorro energético.

Comer tarde en la noche, cuando el cuerpo no está diseñado para procesos digestivos activos, puede contribuir a un desajuste metabólico, dificultando la quema de calorías y promoviendo el almacenamiento de grasas.

Beneficios de horarios regulares

Establecer horarios constantes para las comidas principales ayuda a mantener un metabolismo estable. Estudios sugieren que desayunar temprano y consumir la mayor cantidad de calorías durante las horas de mayor actividad mejora la sensibilidad a la insulina y regula el azúcar en sangre.

Además, cenar ligero y temprano permite que el cuerpo descanse sin la carga de procesar grandes cantidades de alimentos, optimizando la reparación celular durante el sueño.

Consecuencias de horarios irregulares

Comer a deshoras puede alterar los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos, incrementando el riesgo de obesidad y enfermedades cardiovasculares. Según investigaciones, la ingesta de alimentos en la fase de sueño puede generar señales erróneas al reloj biológico, lo que impacta negativamente en el metabolismo y favorece el desarrollo de síndrome metabólico.

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Recomendaciones clave

  1. Prioriza el desayuno: Un desayuno completo activa el metabolismo y proporciona energía para el día.
  2. Evita comidas nocturnas: Reduce o elimina la ingesta de alimentos altas en calorías después de las 8 p.m.
  3. Mantén horarios regulares: Intenta comer a la misma hora todos los días para sincronizar tu metabolismo.
  4. Planifica porciones equilibradas: Distribuye las calorías de manera adecuada a lo largo del día, concentrando más durante las primeras horas.

Adoptar hábitos alimenticios que respeten los ritmos naturales del cuerpo no sólo mejora la salud metabólica, también contribuye al bienestar general.

 

Fuente: Ciencia UNAM