El hígado graso, o esteatosis hepática, ocurre cuando se acumula un exceso de grasa en las células hepáticas. Esta condición, asociada con el sobrepeso, la resistencia a la insulina y el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados, puede aumentar el riesgo de enfermedades hepáticas más graves.

Afortunadamente, una dieta equilibrada puede prevenir y, en algunos casos, revertir esta condición.

Alimentos recomendados para la salud hepática

  1. Verduras de hoja verde. Espinaca, kale y acelga contienen antioxidantes y compuestos que ayudan a reducir la acumulación de grasa en el hígado.

  2. Grasas saludables. El aguacate, el aceite de oliva, los frutos secos y el pescado graso (como el salmón y las sardinas) proporcionan ácidos grasos saludables que reducen la inflamación y mejoran la función hepática.

  3. Fibra y carbohidratos complejosCereales integrales, legumbres y frutas con bajo índice glucémico . favorecen el metabolismo de las grasas y regulan los niveles de glucosa en sangre.

  4. Proteínas magras. Pollo, pescado, tofu y legumbres ayudan a conservar la masa muscular sin sobrecargar el hígado con grasas saturadas.

  5. Café y té verde. Se ha demostrado que el café y el té verde pueden reducir la acumulación de grasa hepática y mejorar la salud del hígado gracias a su contenido de antioxidantes.

Conoce más: ¿Cuáles son los tipos de hígado graso que existen?

Alimentos y hábitos a evitar

  • Azúcares refinados y harinas blancas. Favorecen la acumulación de grasa en el hígado y aumentan el riesgo de resistencia a la insulina.
  • Bebidas alcohólicas. Su consumo excesivo es una de las principales causas del hígado graso y otras enfermedades hepáticas.
  • Alimentos ultraprocesados. Contienen grasas trans y aditivos que pueden empeorar la inflamación hepática.

Adoptar una alimentación basada en alimentos naturales, ricos en fibra, antioxidantes y grasas saludables, es clave para prevenir el hígado graso. Combinada con ejercicio regular y la reducción de azúcares y alcohol, una dieta equilibrada puede mejorar la salud hepática a largo plazo.

 

Fuente: National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIDDK)