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En época de calor, es sumamente importante cuidar la alimentación. Por un lado, existe mayor riesgo de enfermedades gastrointestinales y alergias alimentarias; por otro, el cuerpo pierde una gran cantidad de líquido, minerales y oligoelementos, razón por la que es vital saber qué comer y cuándo hacerlo.

¡Toma nota!

  1. Frutas y verduras. En temporada de calor, el cuerpo pide a gritos comida ligera y refrescante. Los mejores alimentos para el calor son las frutas y verduras de temporada, las cuales contienen agua y otros nutrientes que sacian el hambre y la sed, sin olvidar que contribuyen a mantener la piel hidratada y nutrida.
  2. Grasas saludables. Evita comer grasas trans y fritos, estos hacen más difícil la digestión y aumentan la sensación de calor. Es mejor hervir u hornear los alimentos.
  3. Sopas frías. Existe una amplia gama de sopas frías. Recuerda que se trata de una importante fuente de vitaminas, fibra vegetal, ácidos grasos poli insaturados, sales minerales y glúcidos.
  4. Bebidas frías naturales (limonada, naranjada, zumos de otras frutas o granizados). Procura evitar el exceso de alcohol —sobre todo de alta graduación—, éste puede llevarte a la deshidratación o al golpe de calor.
  5. Agua natural. Bebe cuando despiertes, en el desayuno, almuerzo y cena, y cuando vas a dormir. O bien, toma un vaso pequeño de agua al inicio de cada hora.

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Otras formas de prevenir la deshidratación

Para prevenir la deshidratación, bebe mucho líquido y consume alimentos ricos en agua, como frutas y verduras. Es posible que debas consumir más líquidos en ciertos casos, por ejemplo:

  • Ejercicios extenuantes. En general, es mejor comenzar a hidratarse el día anterior a realizar ejercicios extenuantes. Producir mucha orina clara y diluida es una buena indicación de que estás bien hidratado. Durante la actividad, repone líquidos en intervalos regulares y sigue bebiendo agua después de que termines.
  • Tiempos calurosos o fríos. Debes beber más agua en tiempos calurosos o húmedos para ayudar a reducir la temperatura corporal y a reemplazar lo que pierdes con la sudoración. Es posible que también necesites más agua en tiempos fríos para combatir la pérdida de humedad del aire seco, especialmente a grandes alturas.
  • Enfermedad. Los adultos mayores se deshidratan con más frecuencia durante enfermedades menores como influenza, bronquitis o cistitis. Asegúrate de beber más líquidos cuando no te sientas bien.

Si detectas algún síntoma de deshidratación —sudoración excesiva, fiebre, vómitos, diarrea, entre otros—, visita a un médico de inmediato. 

 

Fuente: Come con Salud/ Mayo Clinic