Actualmente, la dieta mediterránea es uno de los planes de alimentación más recomendados por los expertos en nutrición. Este tipo de dieta tiene la intención de reducir el consumo de carnes y carbohidratos, así como de adoptar la ingesta de alimentos vegetales y grasas monoinsaturadas.
Los ingredientes primordiales de esta dieta son: verduras y legumbres, carnes blancas, pasta, arroz, frutos secos y vino —con moderación—.
Grasas monoinsaturadas
Las grasas monoinsaturadas son un tipo de grasa alimentaria. Según profesionales de la salud, representan una de las grasas saludables, junto con las grasas poliinsaturadas. Las monoinsaturadas tienen forma líquida a temperatura ambiente, pero comienzan a endurecerse cuando se enfrían.
Las grasas monoinsaturadas se encuentran en alimentos de plantas como:
- Nueces.
- Aguacates.
- Aceites vegetales.
Comer cantidades moderadas de grasas monoinsaturadas —y poliinsaturadas—, en lugar de grasas saturadas y grasas trans, puede ser benéfico para tu salud.
Beneficios de incluir grasas monoinsaturadas en tu dieta
- Contribuye a bajar de peso.
- Controla la presión arterial y la hipercolesterolemia.
- Retrasa el deterioro cognitivo.
- Incrementa la sensación de bienestar físico.
- Mejora el funcionamiento del riñón y el corazón.
- Reduce la mortalidad por cáncer.
Es importante aclarar que, pese a sus ventajas, seguir la dieta mediterránea de forma estricta puede ser dañino. En estos casos, los niveles de hierro y calcio disminuyen —al eliminar de tajo los productos cárnicos y lácteos—.
Te recomendamos visitar a un médico para que determine si este tipo de nutrición es para ti, o considere si debes tomar algún suplemento que contenga los minerales que suprime la dieta.
Fuente: Mayo Clinic