AlimentAcción, Obesidad y nutrición
En general, las personas deben intentar comer una dieta que promueva niveles bajos de colesterol LDL (colesterol malo) y niveles altos de colesterol HDL (colesterol bueno). Sin embargo, la ingesta de grasas afecta este equilibrio debido a que los ácidos grasos se unen a las células del hígado y regulan la producción de colesterol.
Por ello, las personas deben prestar atención no sólo a la cantidad total de grasa en su dieta, sino también a su procedencia.
En el caso concreto de las grasas saturadas, estas se encuentran principalmente en la carne y los productos lácteos, y le indican al hígado que produzca más colesterol LDL.
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Por lo anterior, es importante usar métodos de cocción específicos que pueden cambiar el contenido de grasas saturadas de una comida. Algunos ajustes sencillos que puedes realizar en tus rutinas de cocina incluyen los siguientes:
- Usar una rejilla para escurrir la grasa al asar, rostizar u hornear aves o carnes
- Usar vino en lugar de grasa para rociar la carne
- Asar o rostizar carnes en lugar de freírlas
- Cortar toda la grasa visible de la carne y quitar la piel de las aves antes de cocinarlas
- Quitar la capa superior de grasa congelada después de refrigerar una sopa
Combinar estas técnicas de reducción del colesterol con una dieta equilibrada basada en plantas y una rutina de ejercicio sostenible puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, así como promover una vida más saludable.
Fuente: Medical News Today