,

En una revisión reciente, investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney (Australia), analizaron datos de 19 estudios de 12 países para evaluar la asociación entre los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 de cadena larga (PUFA n-3) provenientes de pescados y mariscos y la enfermedad renal crónica (ERC), la cual afecta a más del 10% de la población mundial (alrededor de 850 millones de personas).

Los 25,570 participantes tenían entre 49 y 77 años al comienzo del estudio. En general, 4,944 (19.3 %) desarrollaron ERC incidente durante el período de seguimiento de 11 años, en promedio.

Las personas que tenían niveles más altos de omega-3 derivados de los mariscos en su dieta mostraron un 8% menos riesgo de ERC incidente. Aquellas con niveles totales de PUFA n-3 de pescados y mariscos en su rango más elevado tuvieron un riesgo 13% menor de ERC en comparación con los del rango más bajo.

Los investigadores hallaron esta asociación protectora con tres omega-3 individuales de los mariscos, incluidos el ácido eicosapentaenoico (EPA), el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido docosapentaenoico (DPA).

Conoce más: Ácidos grasos Omega-3, ¿cómo reducen el síndrome metabólico y la inflamación?

El doctor Shree Mulay, director ejecutivo y nefrólogo de The Kidney Experts, PLLC y ajeno a la investigación, acogió con satisfacción el estudio, pero invitó a la población a tener precaución, sobre todo a las personas que ya padecen ERC.

“Es emocionante explorar si comer mariscos más grasos podría conducir a una mayor ingesta de PUFA y a una progresión más lenta de la ERC. Sin embargo, es esencial tener cuidado, ya que muchos de estos alimentos están repletos de fósforo, un mineral que los nefrólogos se esfuerzan por mantener bajo en los pacientes que reciben diálisis y en aquellos con ERC avanzada”, comentó el experto.

Los omega-3 derivados de plantas, como el ácido alfa-linolénico (ALA), que se encuentra principalmente en nueces y semillas, no tuvieron ningún efecto sobre el riesgo de ERC.

El estudio se publicó en la revista BMJ y forma parte del consorcio de estudios Fatty Acids and Outcomes Research (FORCE), el cual busca comprender las relaciones entre los ácidos grasos de nuestra dieta y los procesos metabólicos, utilizando datos de múltiples estudios.

 

Fuente: Medical News Today