,

La hipersensibilidad sensorial puede afectar significativamente la alimentación, ya que ciertas texturas, sabores, temperaturas o incluso colores de los alimentos pueden generar rechazo. Esta condición es común en personas dentro del espectro autista, con trastornos del procesamiento sensorial o con antecedentes neurológicos.

Una terapia nutricional adecuada puede mejorar su relación con la comida y asegurar una nutrición balanceada.

1. Evaluación personalizada y enfoque gradual

El primer paso es realizar una evaluación individualizada por parte de un profesional en nutrición y, de ser necesario, un terapeuta ocupacional. Esto permite identificar los estímulos que generan rechazo y los que son mejor tolerados. A partir de ello, se construye un plan que introduce alimentos nuevos de forma progresiva y respetuosa, sin presión.

2. Adaptar texturas, temperaturas y formas de presentación

Muchas personas con hipersensibilidad presentan aversión a ciertas texturas (como lo pegajoso o lo grumoso) o temperaturas extremas. Es clave modificar los alimentos sin comprometer su valor nutricional: por ejemplo, ofrecer vegetales cocidos en lugar de crudos, licuar sopas o cortar los alimentos en formas más atractivas y fáciles de manejar.

3. Crear un entorno alimentario predecible y seguro

El contexto en el que se come puede influir en la aceptación de los alimentos. Ambientes tranquilos, sin ruidos fuertes ni luces intensas, favorecen una experiencia menos estresante. También es útil mantener rutinas claras en cuanto a horarios, utensilios y disposición del plato.

4. Fomentar la autonomía y el control

Incluir a la persona en decisiones simples como elegir entre dos opciones, ayudar a preparar su comida o decorar su plato puede aumentar su disposición a probar nuevos alimentos. Respetar sus límites y permitirles tener cierto control sobre lo que comen ayuda a construir confianza en el proceso alimentario.

Conoce más: Síntomas comunes de sobrecarga sensorial en adultos y niños

Un acompañamiento nutricional empático y adaptado es fundamental para que personas con hipersensibilidad sensorial reciban los nutrientes que necesitan, sin generar experiencias negativas en torno a la comida. Con tiempo, paciencia y estrategias personalizadas, es posible mejorar su alimentación y calidad de vida.

 

Fuente: Academy of Nutrition and Dietetics