Además de tener un gran sabor, las semillas de linaza son ricas en fibra y otros nutrientes importantes. En su versión molida, son más fáciles de digerir y pueden proporcionar más nutrientes que las semillas enteras, mismas que pueden pasar por el sistema digestivo sin digerir.

Las semillas de linaza contienen vitaminas, minerales, proteínas, grasas vegetales saludables y antioxidantes que ayudan a prevenir el daño celular. Son una buena fuente de fibra soluble e insoluble que ayudan a mantener las deposiciones regulares y a prevenir el estreñimiento. También son una buena fuente de:

  • Vitaminas B1, B2 y B6.
  • Cobre.
  • Fósforo.
  • Magnesio.
  • Manganeso.

Estas vitaminas y minerales brindan energía, al tiempo que mejoran el sistema inmunitario, el sistema nervioso, los huesos, la sangre, el ritmo cardíaco y muchos otros procesos corporales.

Conoce más: 8 suplementos nutricionales y de hierbas que pueden ayudar a bajar el colesterol

Junto a los mariscos, el aceite de linaza es una de las mejores fuentes de ácidos grasos omega-3. De hecho, la mitad de las calorías de la linaza provienen de la grasa saludable, que ayuda a reforzar el «colesterol bueno».

De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, se ha demostrado que el consumo de semillas de linaza reduce los niveles de colesterol.

¿Estás listo para incorporar esta semilla a tu dieta? Si tomas fármacos, te recomendamos consultar primero a tu médico. Considera que podría afectar la forma en la que ciertos medicamentos funcionan.

 

Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos