Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado han publicado un nuevo estudio que demuestra que la apnea del sueño empeora la enfermedad del hígado graso (esteatohepatitis) no alcohólica en adolescentes que sufren obesidad.
Shikha Sundaram, profesora asociada de pediatría, y sus compañeros investigadores de la Universidad de Colorado, estudiaron a 36 adolescentes con esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), junto con 14 pacientes delgados, para evaluar si la apnea del sueño y el bajo nivel de oxígeno durante la noche promovieron la progresión de la enfermedad. Los niños elegibles para el estudio fueron seleccionados del Centro Hepático Pediátrico del Hospital Infantil de Colorado, entre junio de 2009 y enero de 2014.
«Hay evidencia emergente de que la apnea obstructiva del sueño relacionada con la obesidad y la hipoxia intermitente nocturna están asociadas con la progresión de la enfermedad de hígado graso no alcohólica«, dijo Sundaram, cuyo estudio fue publicado este mes en la revista Journal of Hepatology.
¿Qué es la esteatohepatitis no alcohólica?
La esteatohepatitis no alcohólica consiste en la acumulación de grasa en las células del hígado en personas que tienen sobrepeso y consumen poco o nada de alcohol. Es una enfermedad de proporciones epidémicas que está aumentando en todo el mundo, tanto en adultos como en niños. Se estima que afecta a un 30 por ciento de la población general en los países occidentales y hasta a un 9.6 por ciento de todos los niños.
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En este estudio, los investigadores hallaron que los pacientes con apnea obstructiva del sueño e hipoxia —que es cuando el cuerpo se ve privado de un suministro adecuado de oxígeno— tenían tejido cicatrizado más severo en el hígado que aquellos sin apnea del sueño e hipoxia, el cual fue propiciado por un desequilibrio de estrés oxidativo .
Al reconocer que los trastornos respiratorios del sueño actúan como desencadenantes importantes de estrés en el hígado, las investigaciones posteriores pueden centrarse en si una terapia, como por ejemplo la presión aérea positiva continua (CPAP), puede reducir el daño causado por la apnea del sueño y la hipoxia.
Vía: EurekAlert! – American Association for the Advancement of Science