AlimentAcción, Obesidad y nutrición
No todos los alimentos procesados son poco o nada saludables, señalan los expertos. De hecho, varios de ellos son más beneficiosos para la salud que los no procesados.
Por ello, te ofrecemos los siguientes tips e información que todos deben saber sobre esta clase de alimentos:
- Los alimentos van desde mínimamente hasta altamente procesados. Los alimentos mínimamente procesados incluyen vegetales cortados y empacados en bolsa, atún enlatado o nueces tostadas. Estos son generalmente más sanos que los alimentos altamente procesados, como las cenas para microondas.
- Algunos alimentos procesados, como la leche y el jugo, están fortificados con vitaminas.
- Para adquirir más conocimiento sobre los alimentos procesados, no olvides leer las etiquetas y observar qué es lo que incluye el producto. Comprueba el contenido de los alimentos para azúcar, sodio y grasa para que tengas una mejor idea de lo que estás comprando.
Es importante recordar que la industria de los alimentos procesados se conforma por los subsectores de molienda de granos y semillas, obtención de aceites y grasas, confitería con y sin cacao, conservación de frutas, verduras y alimentos preparados, productos lácteos, procesamiento de carne de ganado y aves, preparación y envasado de pescados y mariscos, panadería y tortillas, entre otros más.
Los alimentos procesados aportan diversidad y placer a nuestra dieta. Gracias al procesado de alimentos disponemos de muchos productos que, de no ser por esta técnica, no podríamos consumir.
Muchos alimentos procesados son tan nutritivos como los productos frescos que han estado almacenados, o incluso más, si se emplean determinados métodos de procesado. Por ejemplo, las verduras congeladas suelen procesarse a las pocas horas de haberse cosechado. El proceso de congelación implica una pérdida muy reducida de nutrientes, por lo que las verduras congeladas conservan un alto contenido de vitaminas y minerales. En contraste, las verduras frescas se recogen y después se transportan al mercado. Una vez ahí, pueden pasar días (e incluso semanas) hasta que llegan a nuestra mesa, implicando una pérdida progresiva de vitaminas sin importar el cuidado que se tenga al transportarlas y almacenarlas.
Por otro lado, ciertos métodos de procesado pueden provocar la pérdida de determinados nutrientes, tal es el caso de algunas vitaminas y minerales que se quedan en el agua de cocción o en las partes del grano que se eliminan para elaborar la harina. No obstante, el procesado de alimentos también puede aportar beneficios nutritivos adicionales. Se ha demostrado, por ejemplo, que el licopeno, un poderoso antioxidante presente en el tomate y la sandía, puede asimilarse mejor (aumenta su “biodisponibilidad”) cuando los tomates se procesan y convierten en puré, salsa o sopa de tomate.
Asimismo, los aditivos alimentarios cumplen una función importante al preservar la frescura, seguridad, sabor, aspecto y textura de los alimentos procesados. Estas sustancias se agregan con fines específicos, ya sea para garantizar la seguridad del alimento o mantener su calidad durante el almacenamiento; además de que pueden añadir propiedades organolépticas específicas a los alimentos (como sabor y textura) para responder a los hábitos culturales y las expectativas de los consumidores.
Vía: HealthDay News, Pro México – Inversión y Comercio, European Food Information Council