Los signos del trastorno del espectro autista (TEA) pueden cambiar desde la infancia hasta la edad adulta. En muchos casos y por definición, el autismo no se puede diagnosticar a menos que sus signos estén presentes cuando el niño es pequeño, de manera que se pueda establecer un patrón de comportamiento.
Por supuesto, no existe un momento exacto en el que dichos signos de autismo se harán evidentes en el adolescente.
Pero, como sucede con muchos adolescentes, es posible que empiecen a notar cambios emocionales y de conducta cuando lleguen a la pubertad, por lo general entre los 11 y los 13 años.
Los signos del autismo también pueden hacerse más evidentes cuando comienzan a asistir a la escuela secundaria y preparatoria, donde las relaciones sociales suelen volverse más importantes durante la vida del adolescente.
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Recordemos que el autismo no tiene cura, además de que es parte de la personalidad y la identidad del adolescente.
Ayuda a tu hijo(a) adolescente a comprender quién es y a aprender a amarse y aceptarse a sí mismo(a), sobre todo si le preocupa no encajar.
Primero, consulta a un pediatra, psicólogo o psiquiatra con especialidad en autismo, pues podrán explicarte cómo se diagnostica el TEA, lo que incluye:
- Supervisar el desarrollo de tu hijo(a) adolescente en relación con una lista de verificación de hechos clave de desarrollo comunes.
- Realizar una evaluación conductual a profundidad.
- Averiguar qué recursos pueden permitirle a tu hijo(a) adolescente superar los desafíos para adaptarse a las normas neurotípicas y volverse autosuficiente.
Fuente: Healthline