Trastorno del espectro autista (TEA) es un término general que incluye una variedad de características del desarrollo neurológico. El autismo no es una enfermedad, pero puede tener un impacto significativo en la vida de un individuo.
Sus efectos pueden variar ampliamente. Algunas personas necesitarán apoyo de por vida, mientras que otras podrán vivir y trabajar de manera independiente.
En ciertos casos, las características de la afección pueden estar presentes desde la infancia. En otros, los signos pueden volverse más evidentes a medida que el individuo envejece.
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Los padres o cuidadores pueden notar que un niño pequeño:
- No balbucea a los 12 meses ni produce palabras a los 16 meses.
- No responde cuando la gente le habla, pero reacciona a otros sonidos.
- No hace contacto visual.
- Alinea juguetes u objetos de forma excesiva.
- No quiere que lo abracen.
- No juega con otros ni realiza juegos de fantasía.
Un niño mayor puede:
- Tener dificultades para iniciar conversaciones
- Tener dificultades para hacer amigos e interactuar con otros
- Utilizar lenguaje repetitivo o atípico
- Sentirse incómodo(a) con los cambios en su rutina
- Ser extremadamente apasionado(a) por temas u objetos específicos
Fuente: Medical News Today