Los investigadores han identificado varios factores ambientales que podrían desempeñar un papel en el desarrollo del autismo. Estos incluyen:
- Infecciones bacterianas y virales durante el embarazo.
- Autoinmunidad materna.
- Uso de ciertos medicamentos durante el embarazo (por ejemplo, ácido valproico, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina).
- Tóxicos ambientales, incluida la contaminación del aire, metales pesados y pesticidas.
- Obesidad materna o diabetes.
- Mayor edad de los padres al momento de la concepción.
- Parto extremadamente prematuro y bajo peso al nacer
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Es importante mencionar que algunos estudios sobre estos factores obtuvieron resultados algo confusos.
Por ejemplo, un estudio previo realizado en Dinamarca en 2010 no encontró asociación entre la infección materna y el diagnóstico de trastorno del espectro autista (TEA) cuando se analizó el período total del embarazo.
No obstante, los investigadores hallaron una asociación entre el diagnóstico de TEA y las mujeres embarazadas que ingresaron al hospital por infecciones virales durante el primer trimestre y las mujeres embarazadas que tuvieron infecciones bacterianas durante el segundo trimestre.
De forma similar, un estudio del 2012 encontró «poca evidencia» de una asociación entre el TEA y enfermedades infecciosas comunes o fiebres durante el embarazo. Sin embargo, sí halló un mayor riesgo de diagnóstico de TEA si uno de los padres tenía influenza (gripe) o fiebre prolongada durante el embarazo.
Por lo tanto, se requiere más investigación para comprender mejor el papel que podrían desempeñar los factores ambientales en el desarrollo del autismo.
Fuente: Medical News Today