La integración sensorial es una parte esencial del desarrollo pues ayuda a definir todo, desde la forma en que ves y escuchas las cosas en el mundo, hasta la forma en que tu cuerpo existe en el espacio y más. Sin embargo, la investigación sugiere que entre el 5% y el 16.5% de las personas experimentan desafíos de procesamiento sensorial, especialmente aquellas con condiciones como el trastorno del espectro autista (TEA).
Relación con el autismo
Las investigaciones han demostrado que el TEA puede cambiar la forma en que las personas procesan la información sensorial. De hecho, la hiporreactividad y/o la hiperreactividad a la información sensorial son uno de los criterios para un diagnóstico de TEA, según el Manual diagnóstico y estadístico de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, quinta edición (DSM-5).
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Un metanálisis inicial de 14 estudios diferentes encontró una asociación significativa entre el TEA y los cambios en la integración sensorial, incluida la hipersensibilidad y la hiposensibilidad a los síntomas sensoriales.
En otro estudio más reciente del 2020, los investigadores exploraron los síntomas sensoriales en más de 650 adultos con autismo utilizando algo llamado Sensory Perception Quotient-Short (SPQ-Short), una herramienta que se puede usar para medir las sensibilidades sensoriales. Según los resultados del estudio, es más probable que los adultos con autismo experimenten una mayor sensibilidad sensorial que los adultos sin autismo, especialmente las mujeres.
Si tienes más dudas sobre la integración sensorial y su relación con el autismo, consulta a un especialista en el ramo.
Fuente: Healthline