Los trastornos del sueño son comunes en niños con trastorno del espectro autista (TEA), lo que puede afectar su bienestar y el de su familia. Las dificultades para conciliar el sueño, los despertares nocturnos frecuentes y los ciclos irregulares pueden deberse a factores como hipersensibilidad sensorial, ansiedad o alteraciones en la producción de melatonina.
Sin embargo, establecer una rutina adecuada puede ayudar a mejorar la calidad del descanso.
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Estrategias para mejorar el sueño
1. Establecer un horario fijo. Acostar y despertar al niño a la misma hora todos los días ayuda a regular su reloj biológico y facilita la conciliación del sueño.
2. Crear un ambiente relajante. Mantener la habitación oscura, con temperatura agradable y sin ruidos fuertes favorece un mejor descanso. Usar cortinas opacas y máquinas de ruido blanco puede ser útil en algunos casos.
3. Evitar pantallas antes de dormir. La luz azul de dispositivos electrónicos puede inhibir la producción de melatonina, la hormona del sueño. Se recomienda apagar pantallas al menos una hora antes de acostarse.
4. Implementar una rutina nocturna estructurada. Actividades repetitivas y predecibles, como tomar un baño tibio, leer un cuento o escuchar música suave, pueden indicar al niño que es hora de dormir.
5. Cuidar la alimentación. Evitar comidas pesadas, cafeína y azúcar en las horas previas al descanso puede prevenir despertares nocturnos y favorecer un sueño más profundo.
6. Favorecer el ejercicio durante el día. La actividad física ayuda a regular el sistema nervioso y mejora la calidad del sueño, pero debe evitarse cerca de la hora de dormir.
7. Usar apoyos visuales. Algunos niños con autismo responden bien a pictogramas o calendarios visuales que les ayuden a anticipar la rutina del sueño.
Implementar una rutina estructurada y adaptada a las necesidades del niño con autismo puede marcar una gran diferencia en su descanso. Si las dificultades persisten, es recomendable consultar a un especialista en sueño o a un profesional de la salud para evaluar posibles tratamientos adicionales.
Fuente: National Sleep Foundation