Si tu hijo tiene autismo es importante darle estructura y seguridad. Aprender todo lo que puedas sobre el autismo y participar en el tratamiento ayudará de manera muy positiva a tu hijo. Además, los siguientes consejos harán la vida diaria en casa más fácil para ti y para él o ella:
Se consistente. Los niños con autismo tienen dificultades para adaptar lo que han aprendido en un contexto (por ejemplo, la oficina del terapeuta o la escuela) a otros, incluso en el hogar. Por ejemplo, tu hijo puede usar el lenguaje de señas para comunicarse en la escuela, pero nunca pensará hacerlo en casa. Es importante crear coherencia en torno a tu hijo para reforzar el aprendizaje. Averigua lo que los terapeutas de tu hijo están haciendo y sigue sus técnicas en el hogar. Explora la posibilidad de tener la terapia en más de un lugar con el fin de animar a tu hijo a transferir lo que él o ella han aprendido de un entorno a otro. También es importante ser consistente en la forma de interactuar con sus hijos y lidiar los comportamientos difíciles.
Ceñirse a un horario. Los niños con autismo tienden a estar mejor cuando tienen un horario altamente estructurado o rutinario. Una vez más, esto se remonta a la consistencia que tanto necesitan y anhelan. Establece un horario regular para las comidas, la terapia, la escuela y la hora de acostarse. Trata de mantener esa rutina con un mínimo de interrupciones. Si hay un cambio de horario inevitable, prepara a tu hijo por adelantado.
Premia el buen comportamiento. El refuerzo positivo se puede ser, a la larga, benéfico para los niños con autismo, por lo que es importante “atraparlos haciendo algo bueno”. Prémialo cuando actúe correctamente o aprenda una nueva habilidad, sé muy específico acerca de cuál comportamiento está siendo premiado. También busca otras formas de recompensar el buen comportamiento, como darles calcomanías o dejarlos jugar con su juguete favorito.
Crea una zona de seguridad en el hogar. Crea un espacio privado en tu casa donde tu hijo pueda relajarse, sentirse y estar seguro. Esto implicará la organización y el establecimiento de límites de forma que tu hijo pueda comprenderlos. Las indicaciones visuales pueden ser útiles (el etiquetado de los artículos en la casa con fotografías o cintas de colores). También puedes necesitar una prueba de seguridad de la casa, sobre todo si tu hijo o hija es propenso a las rabietas u otras conductas autolesivas.