Un estudio de la Universidad de Chicago sugiere que los fetos expuestos a altos niveles de contaminación pueden desarrollar malformaciones en los órganos sexuales y tienen mayor riesgo de nacer con trastornos del desarrollo como el autismo.
El equipo de investigación, encabezado por el profesor Andrey Rzhetsky, precisó que esta investigación es de suma importancia, ya que si bien es cierto que recientemente se encontró la relación de los factores ambientales en el desarrollo del autismo y que las mujeres embarazadas expuestas a altos niveles de contaminación del aire tienen el doble de probabilidades de tener un hijo con trastornos, ahora se descubrió que también afectan a los órganos sexuales masculinos de los bebés antes de nacer.
Para este trabajo, los especialistas analizaron la información médica de 100 millones de pacientes de todo Estados Unidos, de quienes midieron la exposición a las toxinas ambientales de los hombres y los niveles de malformaciones congénitas de su sistema reproductivo.
“Los fetos masculinos son muy sensibles a ciertas toxinas ambientales, y creemos que tal exposición al plomo, entre otros contaminantes, generan malformaciones reproductivas existentes al nacer, incluyendo micropene y testículos no descendidos”, señaló la investigación.
Aunque ya se había descubierto que los bebés expuestos a contaminantes antes de nacer tienen mayor probabilidad de desarrollar discapacidad intelectual y autismo, el trabajo del profesor Rzhetsky y su equipo concluyó que cada aumento del 1% en malformaciones se relacionó con un aumento del 283% en el autismo y 94% en discapacidad intelectual.
“Los niños varones con autismo son casi seis veces más propensos a desarrollar malformaciones genitales al nacer, esto da un indicador de la carga ambiental y el efecto es sorprendentemente fuerte que tiene sobre la salud”, detalló Rzhetsky.
Vía: Medical News Today