Si has estado siguiendo las pautas de distanciamiento social desde marzo para ayudar a frenar la propagación del nuevo coronavirus (COVID-19), es posible que tú y tus hijos estén deseando socializar con personas fuera de su hogar.
Durante el clima cálido del verano, tal vez hayas estado viendo a tus seres queridos en lugares al aire libre mientras permanecías a 2 metros de distancia. Pero ahora que se acerca la temporada de clima frío, quizás te preocupe que tus oportunidades de compañía en persona se agoten cuando las temperaturas bajen y las reuniones al aire libre ya no sean posibles.
Una forma de ampliar la cantidad de personas con las que interactúas es crear una pequeña red de amigos o parientes de confianza —conocida como «burbuja social»— que acepten cumplir un conjunto de reglas compartidas para tratar de mantener a todos a salvo del COVID-19.
“Formar una burbuja social te ayuda a expandir el número de personas con las que te sientes cómodo interactuando, a la par de que el número total de personas con las que tienes contacto es pequeño”, señaló Juan Prudente, especialista en medicina familiar de Hackensack Meridian Medical Group, en Estados Unidos. “El poder abrazar a personas ajenas a tu hogar o invitarlas a cenar de nuevo puede devolverle algo de normalidad a tu vida. Las burbujas sociales también pueden brindar compañeros de juego para los niños mientras mantienes al mínimo su contacto con los demás».
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Aplanamiento de la curva
Se ha comprobado que las burbujas sociales ayudan a frenar la propagación del COVID-19, ya que limitan de manera significativa la cantidad de personas con las que alguien interactúa. Muchos expertos sugieren limitar la burbuja a unas 10 personas, que pueden ser dos o tres hogares.
Si estás pensando en crear una burbuja con amigos o familiares, conversa con ellos detenidamente para ver si sus hogares son compatibles. Es útil vivir cerca el uno del otro, tener hábitos de vida similares y compartir la misma tolerancia al riesgo de COVID-19.
Algunos expertos sugieren que todos los miembros de una burbuja deberían tener aproximadamente la misma edad, dígase pareja, amigos, compañeros, etc., pero no padres. Es posible que las personas mayores (y aquellas con problemas de salud subyacentes) no quieran expandir sus círculos sociales, porque tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones por la COVID-19 en caso de que se enfermen.
“Realmente necesitas usar tu juicio al decidir a quién incluirás en una burbuja social, ya que el objetivo final de esta es evitar contraer el virus mientras creas un grupo más grande de personas con las que puedas interactuar”, mencionó Prudente.