Salir al exterior en un día soleado es como prepararse para una batalla. Para proteger tu piel de los dañinos rayos ultravioleta (UV), necesitarás una armadura (protector solar o bloqueador y ropa que te proteja del sol), una estrategia táctica (evitar las horas pico de sol) y un lugar donde refugiarte (la sombra), sobre todo durante los meses de verano, cuando la intensidad de los rayos UV es más alta.
Toma en cuenta que necesitamos un poco de sol en nuestra piel para estimular la producción de vitamina D, mantener los huesos fuertes y posiblemente ayudar a regular el estado de ánimo y prevenir enfermedades. Pero la exposición a los rayos UV sin protección puede causar cánceres de piel. El más común de estos es el cáncer de piel no melanoma.
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La mejor arma para combatir el cáncer de piel es un régimen estricto de prevención y detección, el cual debe incluir los siguientes pasos:
- Cúbrete. Aplica protector solar o bloqueador solar con un factor de protección solar (FPS) de 30 a 50 antes de salir al exterior. Protege tus labios con un producto de protección solar diseñado para ellos. Si es posible, usa una camisa de manga larga, pantalones, un sombrero de ala ancha, anteojos de sol, zapatos y calcetines.
- Evita la luz solar directa. Mantente alejada(o) del sol cuando es más fuerte (entre las 10 a.m. y las 4 p.m.) y busca la sombra tanto como sea posible.
- Debes estar alerta para detectarlo. Programa citas médicas anuales para revisar tu piel y realiza tus propios exámenes en casa cada mes. No olvides el cuero cabelludo y todas las superficies de la parte de atrás de tu cuerpo. Un espejo (o un ser querido) puede ayudarte a revisar tu espalda y otras áreas que no puedes ver bien.
- Sé proactiva(o). Llama a tu médico si encuentras algún crecimiento nuevo en la piel que parezca sospechoso. Los médicos necesitan observarlo y revisarlo antes de que los tumores crezcan y se conviertan en un problema.
Fuente: Harvard Medical School