De acuerdo con la Sociedad Estadounidense para el Cáncer, en los últimos años, los científicos han comenzado a comprender cómo es que ciertos cambios o alteraciones en el ADN de nuestras células pueden llevar a que se conviertan en células cancerosas.

El ADN (ácido desoxirribonucleico) es el material químico que conforma a nuestros genes, los cuales controlan casi todo lo que hacen nuestras células. Generalmente, nos parecemos a nuestros padres o madres debido a que ellos son la fuente de nuestro ADN. Sin embargo, el ADN no solo afecta nuestra apariencia, sino que también influye en nuestros riesgos de desarrollar ciertas enfermedades, incluyendo algunos tipos de cáncer.

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Ciertos genes controlan el momento en el que deben crecer nuestras células, cuándo deben dividirse en nuevas células y cuándo deben morir.

Los genes que ayudan a las células a crecer, dividirse o mantenerse vivas se denominan oncogenes.

Los genes que ralentizan la división celular, reparan errores en el ADN de una célula o hacen que las células mueran en el momento adecuado se denominan genes supresores de tumores.

Los cánceres pueden ser ocasionados por alteraciones en el ADN que mantienen activados los oncogenes o que desactivan los genes supresores de tumores.

 

Fuente: American Cancer Society